Santa Rosa de Lima
23 de Agosto
1586-1617.
El Papa Inocencio IX
dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en
América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones
que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones".
Nació en Lima, Perú, en
1586 (año de la aparición de la Virgen en Chiquinquirá) fue la primera mujer
americana declarada santa por la Iglesia Católica.
Cambio de Nombre.
En el bautizo le
pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años
su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el
nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso
definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.
Evitando Peligros.
Desde pequeñita Rosa
tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante
una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa
conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para
amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se
enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una
piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto
con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse
únicamente a amar a Jesucristo.
Renunciando a un Amor.
Un joven de alta clase
social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy
entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante.
Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había
propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo
a todo matrimonio, por brillante que fuera.
Vocación Detenida.
Se propuso irse de
monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la
Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no,
sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su
hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de
allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a
Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un
convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas
palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo
fácilmente.
Una Mariposa Señala el
Color.
Seguía pidiéndole a
Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto
empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y
revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar
una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran
las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto
negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y
pidió ser admitida y la aceptaron.
Su Patrona y su Modelo.
Entonces vino a saber
que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y
se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable.
Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la
cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.
Encierro Total.
Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.
Ganando el Pan con el
Sudor.
Su padre fracasó en el
negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó
durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y
durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del
hogar.
Ataques Varios.
El demonio la atacaba
de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir
enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en
las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía
horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los
mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le
protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a
dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó
que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu
dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la
tempestad".
Sus Penitencias.
Es difícil encontrar en
América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a
describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos
que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor
propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en
todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien
se humilla será enaltecido". Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la
de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era
perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los
días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y
aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar
la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por
amor a Dios.
Dormía sobre duras
tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos
de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le
pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo
esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más
cómodo.
Sus Dolores.
Distintas enfermedades
la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus
demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que
es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal
de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus
últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir
tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor
para soportarlo todo. "Los últimos años vivía continuamente en un ambiente
de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su
oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de
pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad
de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera
santa.
Anuncio de la Fecha de
su Muerte.
Desde 1614 ya cada año
al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran
alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta
de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo".
Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa
agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo
Salvador. Tenía 31 años.
Funeral de Primera.
Y a esta muchacha pobre
y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La
primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían
cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u
oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo
llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran
veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas
multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban
con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes
del templo.
Honores Finales.
Los milagros empezaron
a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo
Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.