San Andres, Apóstol
30 de Noviembre
Nació en Betsaida y
tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús,
junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y
este al ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus
tentaciones) exclamó:

Esa llamada cambió
su vida para siempre. San Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo:
"Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús
quien encontró en el gran San Pedro a un entrañable amigo y al fundador de su
Iglesia. El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue San Andrés
el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. El santo presenció
la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus
maravillosos sermones, viviendo junto a él por tres años.
En el día de
Pentecostés, San Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás
Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se
dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y
prodigios.
La tradición coloca
su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.
Por lo que conocemos
de los Apóstoles en general podemos, claro está, completar un poco estos
escasos detalles. Como uno de los Doce, Andrés fue admitido a una cercana
familiaridad con Nuestro Señor durante su vida pública; estuvo presente en la
Última Cena; vio al Señor resucitado; fue testigo de la Ascensión del Señor;
compartió las gracias y dones del primer Pentecostés, y ayudó, entre amenazas y
persecuciones, a establecer la fe en Palestina.
Cuando los Apóstoles
salieron a predicar a las naciones, parece que Andrés tomó una parte
importante, pero desafortunadamente no tenemos certeza de la extensión o del
lugar de sus trabajos. Eusebio (Hist. Ecl. III,1), basándose, aparentemente, en
Orígenes, señala a Escitia como su campo de misión: Andras de (eilechen) ten
Skythian; mientras San Gregorio Nacianceno (Or. 33) menciona a Epiro; San
Jerónimo (Ep. ad Marcell.) indica a Acaya; y Teodoreto (sobre Ps. cxvi), a
Hellas.
Probablemente estos
varios relatos son correctos, ya que San Nicéforo (H.E. II:39), basado en
escritores antiguos, afirma que Andrés predicó en Capadocia, Galacia y Bitinia,
luego en la tierra de los antropófagos y de los desiertos de Escitia, luego en
el mismo Bizancio, donde designó a San Stachys como su primer obispo, y
finalmente predicó en Tracia, Macedonia, Tesalia y Acaya. Generalmente se
afirma que fue crucificado por orden del gobernador romano, Aegeas o Aegeates,
en Patrae de Acaya, y que fue atado, no clavado, a la cruz para prolongar sus
sufrimientos. Se dice también que la cruz en la cual sufrió fue una cruz en
forma de X, que ahora se conoce como cruz de San Andrés, aunque la evidencia
para esta opinión parece no ser más antigua que el siglo XIV. Su martirio tuvo
lugar durante el reinado de Nerón, el 30 de noviembre del año 60 d.C.; y ambas
iglesias, la Griega y la Latina, celebran su fiesta el 30 de noviembre.
Las reliquias de San
Andrés fueron trasladadas desde Patrae a Constantinopla, y depositadas allí en
la Iglesia de los Apóstoles, alrededor del año 357. Cuando Constantinopla fue
tomada por los franceses a principios del siglo XIII, el Cardenal Pedro de
Capua trajo las reliquias a Italia y las colocó en la Catedral de Amalfi, donde
todavía permanece la mayoría de ellas.
San Andrés es honrado como patrono
principal en Rusia y en Escocia.