San Padre Pío de Pietrelcina
Padre Pío de Pietrelcina, al igual que el apóstol Pablo, puso en la cumbre
de su vida y de su apostolado la Cruz de su Señor como su fuerza, su sabiduría
y su gloria. Inflamado de amor hacia Jesucristo, se conformó a Él por medio de
la inmolación de sí mismo por la salvación del mundo. En el seguimiento y la
imitación de Cristo Crucificado fue tan generoso y perfecto que hubiera podido
decir «con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien
vive en mí» (Gal 2, 19). Derramó sin parar los tesoros de la gracia que Dios le
había concedido con especial generosidad a través de su ministerio, sirviendo a
los hombres y mujeres que se acercaban a él, cada vez más numerosos, y
engendrado una inmensa multitud de hijos e hijas espirituales.
Heredero espiritual de San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina
ha sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la
crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el "Fraile"
estigmatizado. El Padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se
empeñó con todas sus fuerzas por la salvación de las almas. Los muchos
testimonios sobre su gran santidad de Fraile, llegan hasta nuestros
días, acompañados por sentimientos de gratitud. Sus intercesiones
providenciales cerca de Dios fueron para muchos hombres causa de sanación en el
cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.
El Padre Pío de Pietrelcina que se llamó Francesco Forgione, nació
en Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de
mayo de 1887. Nació en una familia humilde donde el papá Grazio Forgione
y la mamá Maria Giuseppa Di Nunzio ya tenían otros hijos.
Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse
totalmente a Dios y este deseo lo distinguiera de sus coetáneos. Tal
"diversidad" fue observada de sus parientes y de sus amigos. Mamá Peppa contó - "no cometió nunca
ninguna falta, no hizo caprichos, siempre obedeció a mí y a su padre, cada
mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar a Jesús y a la Virgen.
Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: "Francì
sal un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos
blasfeman". Del diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fue
uno de los directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el
Padre Pío, desde el 1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas
espirituales. Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes que al niño
le pareció que eran absolutamente normales.
Con el pasar del tiempo, pudo realizarse para Francesco lo que fue el más
grande de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios. El 6 de enero de
1903, a los dieciséis años, entró como clérigo en la orden de los Capuchinos.
Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento, el 10 de agosto de 1910. Tuvo así inicio su vida
sacerdotal que a causa de sus precarias condiciones de salud, se desarrollará
primero en muchos conventos de la provincia de Benevento. Estuvo en varios conventos
por motivo de salud, luego, a partir del 4 de sseptiembre
de 1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano, dónde se
quedó hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.
En este largo período el Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la
noche, muy antes del alba, se dedicaba a la oración con gran fervor
aprovechando la soledad y silencio de la noche. Visitaba diariamente por
largas horas a Jesús Sacramentado, preparándose para la Santa Misa, y de allí
siempre sacó las fuerzas necesarias, para su gran labor para con las almas, al
acercarlas a Dios en el Sacramento Santo de la Confesión, confesaba por largas
horas, hasta 14 horas diarias, y así salvó muchas almas.
Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío
fue lo que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918, cuando,
rogando delante del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre
Pío tuvo el maravilloso regalo de los estigmas. Los estigmas o las heridas
fueron visibles y quedaron abiertas, frescas y sangrantes, por medio siglo.
Este fenómeno extraordinario volvió a llamar, sobre el Padre Pío la atención de
los médicos, de los estudiosos, de los periodistas pero sobre todo de la gente
común que, en el curso de muchas décadas fueron a San Giovanni Rotondo
para encontrar al santo fraile.
En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío
cuenta su "crucifixión": “¿Qué cosa os puedo decir a los que me
han preguntado cómo es que ha ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que
confusión y que humillación yo tengo el deber de manifestar lo que Tú has
obrado en esta tu mezquina criatura!
Fue la mañana del 20 del pasado mes (septiembre) en coro, después de la
celebración de la Santa Misa, cuando fui sorprendido por el descanso en el
espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y
exteriores, además de las mismas facultades del alma, se encontraron en una
quietud indescriptible. En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y
dentro de mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa
privación de todo y una disposición en la misma rutina.
Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi
delante de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del 5
de agosto. Éste era diferente del primero, porque tenía las manos, los
pies y el costado que emanaban sangre. La visión me aterrorizaba; lo que sentí
en aquel instante en mí; no sabría decirlo.
Me sentí morir y habría muerto, si Dios no hubiera intervenido a sustentar
mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.
La vista del personaje desapareció, y me percaté de que mis manos,
pies y costado fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio que
experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los
días. La herida del corazón asiduamente sangra, comienza el jueves por la tarde
hasta al sábado. Mi padre, yo muero de dolor por el suplicio y por la confusión
que yo experimento en lo más íntimo del alma. Temo morir desangrado,
si Dios no escucha los gemidos de mi pobre corazón, y tenga piedad para
retirar de mí esta situación...”
Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote
estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios. Cincuenta
años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en el
sacrificio, dónde para actuar su amor, el Padre Pío realizó dos iniciativas en
dos direcciones: un vertical hacia Dios, con la fundación de los "Grupos
de ruego", hoy llamados “grupos de oración” y la otra horizontal hacia los
hermanos, con la construcción de un moderno hospital: "Casa Alivio del
Sufrimiento."
En septiembre los 1968 millares de devotos e hijos espirituales
del Padre Pío se reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para
conmemorar juntos el 50° aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío
y para celebrar el cuarto congreso internacional de los Grupos de Oración.
Nadie habría imaginado que a las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre
de 1968, sería el doloroso final de la vida terrena del Padre Pío de
Pietrelcina. De este maravilloso fraile, escogido por Dios para derramar su
Divina Misericordia de una manera tan especial.
Profecías del Padre Pío
En 1950, el padre Pío tuvo una visión de Jesús donde el Maestro le
ofreció una revelación sobre los tres días de tinieblas. A continuación
ofrecemos el texto íntegro de la carta que escribió el padre Pío a la comisión
de Heroldsbach que investigaba sus prodigios y hechos sobrenaturales. Debemos
aclarar que algunos expertos difieren sobre la manera en que el texto se ha
dado a conocer y a quien lo dictó el padre Pío, ya que apenas podía escribir
por las heridas de sus manos. Nosotros somos de la opinión de que si Dios ha
anunciado lo mismo a tantas otras personas en los últimos tiempos, cómo iba a
pasar por alto al sacerdote más santo y milagroso de este siglo XX, tanto en
vida como después de muerto.
Al padre le habla Jesús:
"Hijo mío, Hijo mío, he estado esperando este momento en el cual te
revelaré de nuevo el gran amor de Mi corazón. Mi amor hacia el hombre es muy
grande, especialmente para los que se entregan a Mí. Son Mi refugio y Mi
consolación en las muchas y terribles irreverencias que Recibo en el sacramento
de Mi amor, la Sagrada Eucaristía.
Ruega, Ruega especialmente durante este año jubilar de 1950, ruega y has
reparación de Mí. Aconseja a los demás a hacer lo mismo, porque está cerca el
tiempo en el cual Yo visitare Mi pueblo desleal, porque no han prestado
atención al tiempo de Mi gracia. Persevera en la oración para que tu adversario
no tenga dominio sobre ti. Di al pueblo que esté preparado en todo momento,
porque Mi juicio caerá sobre ellos repentinamente y cuando menos lo esperen,
nadie escapara de Mi mano, los encontrare a todos. Protegeré a los justos.
Observa el Sol, la luna y las estrellas de los cielos y cuando aparezcan
indebidamente alterados y revueltos, debes saber que no está lejano el DIA.
Permaneced unidos en la oración y vigilantes hasta que el Ángel de la
destrucción haya pasado vuestras puertas
Rogad para que esos días sean acortados. Una y otra vez He avisado a los
hombres y a menudo les He dado oportunidades especiales para volver al
verdadero camino; pero ahora la perversidad ha alcanzado su punto máximo y el
castigo no puede aplazarse por más tiempo. Aunque aún Mi corazón sufre y se
desangra, por el amor de Mi nombre, debo tratar de evitar este golpe. Di a
todos los hombres que ha llegado el tiempo en que todas estas cosas se
cumplirán.
Mi bien amado, ten confianza, que estoy entre vosotros. Mi reino será
glorificado, y Mi nombre será bendito desde la salida del Sol hasta la puesta,
y Mi reino no tendrá fin. Os bendigo por el año santo. En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Rogad, haced reparación, sed fervientes y mortificados, muchas cosas
están en peligro. Rogad, los hombres corren hacia el camino del infierno
dedicados a las diversiones y a pasarlo bien, como si fueran a un baile de máscaras
o a las fiestas de la boda del mismo diablo. Ayúdame en la salvación de las
almas. La medida del pecado está colmada y el día de la venganza, con sus
terroríficos sucesos, está cercano, más cerca de lo que os podéis imaginar, y
el mundo duerme en una falsa seguridad. El Juicio Divino los golpeará como una
descarga de rayos. Este pueblo sin Dios y perverso será destruido sin piedad
como los habitantes de Sodoma y Gomorra de la antigüedad. Sí, Yo te digo si,
que su perversidad no fue tan grande como la de los seres humanos actuales.
Mantened las ventanas bien cubiertas. No miréis fuera. Encended una vela
bendita que bastará para muchos días. Rezad el rosario. Leed libros
espirituales, haced actos de amor que tantos nos agradan. Rezad con los brazos
extendidos o postrados sobre el suelo, de manera que se puedan salvar muchas
almas. No salgáis de la casa, haced acopios de alimentos. ¡Se desatarán las
fuerzas de la naturaleza y una lluvia de fuego hará temblar de miedo a las
gentes! Tened valor, estoy entre vosotros.
Cuidad de los animales en esos días. Soy el creador y preservador de
todos los animales así como del hombre. Os daré de antemano algunos signos para
que en este tiempo pongáis más alimento delante de los animales.
Preservaré la propiedad del escogido, incluyendo los animales, pues
ellos necesitaran sustento. Después, que nadie atraviese los recintos, ni
salga, incluso para alimentar a los animales. Cubrir vuestras ventanas
cuidadosamente. El que dé un paso fuera, perecerá. Mi escogido no deberá ver Mi
ira. Tened confianza en Mí. Yo seré vuestra protección. Vuestra confianza Me
obliga a ir en vuestra ayuda. La hora de Mí llegada está cerca pero mostraré Mi
Gran Misericordia. Los tiempos serán testigos de los más terribles castigos.
Mis Ángeles, que serán los ejecutores de este trabajo, están preparados con sus
afiladas espadas, tendrán especial cuidado de aniquilar a todos aquellos que se
burlaban de Mí. Huracanes de fuego se derramarán a través de las nubes y se
extenderán por toda la Tierra durante tres días. Una lluvia ininterrumpida de
fuego tendrá lugar, empezará durante una noche muy fría, y todo esto para
probar que Dios es el dueño de la Creación. Aquellos que tienen fe en Mí y
creen en Mis palabras, no tienen que temer porque Yo no los abandonaré, ni a
aquellos que extendieron Mi mensaje. A aquellos que estén en estado de gracia,
no les sucederá ningún mal, ni tampoco los que busquen la protección de Mi
Madre María Santísima.
Para que estéis preparados para estas visitas os daré los siguientes
signos e instrucciones: La noche será muy fría, el viento rugirá y a
continuación se oirán rayos y centellas, cerrad todas las puertas y ventanas y
no habléis a nadie fuera de la casa. Arrodillaos delante de un crucifijo y
arrepentíos de vuestros pecados y pedid la protección de Mi Divina Madre María
Santísima. No Miréis durante el terremoto porque la cólera de Dios es Santa.
Jesús no quiere que contemplemos la cólera de Dios porque la ira de Dios debe
ser contemplada con temor y estremecimiento. Aquellos que no cumplan este aviso
serán matados instantáneamente. El viento traerá consigo gases envenenados que
serán difundidos sobre la tierra entera. Aquellos que sufran y mueran
inocentemente serán mártires y estarán conmigo en Mi Reino.
Satanás triunfará, pero al cabo de tres noches, el terremoto y el fuego
cesarán; después de estos días el Sol volverá a brillar y los ángeles
descenderán del Cielo y extenderán el Espíritu de Paz sobre la Tierra. Un
sentimiento de inmensa gratitud tomará posesión de aquellos que sobrevivan a
esta terrible prueba, el castigo más amenazador con que Dios haya visitado la
tierra desde la Creación.
He escogido también almas de otros países, tales como Bélgica, Suiza,
España, que han recibido estas revelaciones, de manera que otros países también
estén preparados. Rezad mucho durante este año Santo de 1950. Rezad el Rosario,
pero rezadlo bien, de manera que vuestras oraciones alcancen el Cielo. Pronto
caerá sobre el mundo entero el más terrible castigo que nunca antes se ha
experimentado.
Con qué indiferencia se preparan ellos mismos para estos inauditos
hechos por los cuales tendrán que pasar en breve. El peso de la divina balanza
ha alcanzado la Tierra. La ira de Mi Padre se derrama sobre el mundo entero.
Estoy de nuevo avisando al mundo a través vuestro como a menudo he hecho en
otros tiempos. Los pecados de los hombres se han multiplicado sin medida:
Irreverencias en la Iglesia; orgullo pecaminoso cometido en fingidas
actividades religiosas; falta de amor fraterno; indecencia en el vestido,
especialmente en los lugares de veraneo. El mundo está lleno de iniquidades.
Esta catástrofe caerá sobre la Tierra como un chorro de luz, en cuyo momento la
luz del sol de la mañana será remplazada por una profunda oscuridad. Nadie
deberá abandonar la casa ni mirar a través de la ventana desde aquel momento en
adelante. Yo mismo vendré entre el triunfo y el relámpago. El perverso
contemplará Mi Divino Corazón. Habrá gran confusión a causa de esta profunda
oscuridad en la cual la Tierra será envuelta, y muchos morirán de miedo y desesperación.
Aquellos que hayan luchado por Mí, recibirán gracias de Mi Divino Corazón y el
grito de “Quién como Dios” servirá de medio de protección para muchos. Sin
embargo, muchos se quemarán en los campos abiertos como hierba seca. Los sin
Dios serán aniquilados, de manera que el justo, después, podrá empezar de
nuevo. Durante el día, tan pronto como la completa oscuridad haya llegado,
nadie abandonará la casa ni deberá mirar a través de la ventana. La oscuridad
durará un día y una noche, seguida por otro día y otra noche y otro día, pero
en la noche siguiente el Sol se levantará de nuevo y será primavera. En los
días de oscuridad Mi escogido no deberá dormir como los discípulos en el huerto
de los olivos. Reuniré a Mis escogidos.
El mismo infierno se creerá estar en posesión de toda la Tierra, pero Yo
la reclamaré. ¿Pensáis quizás que Yo permitiría a Mi Padre que tan terrible
castigos cayeran sobre el mundo, si el mundo volviera de la iniquidad a la
justicia? Pero a causa de Mi Gran Amor, será permitido que estas aflicciones
caigan sobre el hombre; aunque muchos renegarán de Mí, aún millares de almas
serán salvadas por ello. Ningún entendimiento humano puede sondear la
profundidad de Mi amor.
Rezad, rezad, deseo vuestras oraciones, Mi querida Madre María Santísima,
San José, Santa Isabel, San Conrado, San Miguel, San Pedro, Santa Teresita y
vuestros ángeles serán vuestros intercesores. Implorad su ayuda. Valientes
soldados de Cristo, a la vuelta de la luz, dad cada uno gracias a la Santísima
Trinidad por su protección. La devastación será grande, muy grande, pero Yo,
vuestro Dios, habré purificado la Tierra. Estoy con vosotros, tened confianza
en Mí. Pensad, que no sois eternos. Pensad, el tiempo es breve. Sí, pensad que
esto es para que cambien, para que vuestra vida sea amor. Pensad que podéis
morir dentro de un momento, que tal vez muchos de vosotros que leéis estas
líneas no amaneceréis. Meditad y tomad todo esto como Misericordia y amor del
Dios que es Amor y por amor permitirá que ya no os perdáis más. Cambiad, sí, es
urgente.
No penséis más en lo vano; pensad en lo eterno, que para eso fuisteis
creados, para vivir eternamente. Rogad, sí, para que se os conceda la gracia de
tener el alma preparada para recibir la muerte en gracia de Dios. ¡Esto es lo
más importante!"
Previo a los hechos mencionados, ocurrirán señales inequívocas que
precederán al gran castigo. Hay un mensaje de la Virgen María dado en puerto
San Estéfano en el año 1972 al sr. Enzo Alocci, campesino de 35 años, de
profesión carpintero, y aunque él quería ser sacerdote, Dios lo utilizó como
mensajero para transmitir lo siguiente:
“Antes que ocurran estas cosas habrá señales acerca de este
acontecimiento, una luz en forma de cruz que abarcará de oriente a occidente y
habrá otros signos”.
Sí esta humanidad cambiara el rumbo que hoy nos lleva al castigo que
Dios tiene previsto y nos volviéramos a Él, ocurriría lo mismo que aconteció en
Nínive, pero lo que observo hoy año tras año es que cada vez estamos peor, y
Dios pondrá el remedio sin ninguna duda.
También se preguntarán que va a ocurrir cuando termine el castigo. Habrá
un nuevo Cielo y nueva Tierra purificada, la humanidad que quede, que son
elegidos de Dios, serán distintos, habrá una gran fraternidad humana que
alabará y glorificará su Nombre que está por sobre todo Nombre, tendrán como
pastor a su Nuestro Señor Jesucristo. Volverá la belleza a este mundo, reinará
la paz, la solidaridad, la caridad. Esto no será un sueño sino una realidad que
se plasmará en cada corazón humano, este será el premio a los que perseveren en
el camino de la luz y la verdad.
Oración al Señor por intercesión de San Pío
de Pietrelcina
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina,
sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de
modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la
gracia de... que ardientemente deseo; y otórgame, sobre todo, que yo me
conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la
resurrección.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al
Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén (3 veces)
Oración compuesta por San Juan Pablo II
Enséñanos, te rogamos, la humildad de
corazón para estar entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre prometió
revelar los misterios de Su Reino.
Danos una mirada de fe capaz de reconocer
inmediatamente en los pobres y en los que sufren el mismo rostro de Jesús.
Sostennos en la hora del combate y de la
prueba y, si caemos, haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos la tierna devoción hacia
María, madre de Jesús y nuestra.
Acompáñanos en la peregrinación terrenal
hacia la Patria beata, a donde esperamos llegar también nosotros para
contemplar por toda la eternidad la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo.
Amén
Incorrupto