Devociones
al Niño Jesús
En
todo el mundo encontramos pueblos que buscan la ayuda del Rey
Celestial, aquí se irán presentando estas devociones, como un
homenaje de culto al Salvador en su infancia
Desde
tiempos muy antiguos los católicos han tenido mucha devoción al
Divino Niño Jesús, y han honrado su santa infancia, considerando
esta edad de Jesucristo como una maravilla de inocencia y amabilidad.
Ya
hacia el año 1200 San Francisco de Asís dispuso recordar
con mucha solemnidad la Navidad haciendo un pesebre lo más parecido
posible al de Belén y celebrando así entre pastores, ovejas, bueyes
y asnos la misa de la medianoche, y haciendo él mismo un hermoso
sermón de Nochebuena recordando la gran bondad del Hijo de Dios al
quererse hacer hombre en Belén por salvar nuestra alma.
Más
tarde San Antonio de Padua fue un devoto tan entusiasta del
Niño Jesús que según las imágenes que de él se conservan,
mereció que el Divino Niño se le apareciera.
Otro
santo al que se le presenta en las imágenes teniendo entre sus
brazos al Niño Jesús es San Cayetano, el cual lo que
necesitaba pedir lo pedía por los méritos de la infancia de Jesús.
Modernamente
los santos que más contribuyeron a difundir la devoción al Niño de
Belén fueron Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
Santa
Teresa de Jesús le tenía un amor
tan grande al Divino Niño que un día al subir una escalera obtuvo
tener una visión en la que contemplaba al Niño Jesús tal cual
había sido en la tierra. En recuerdo de esta visión la santa llevó
siempre en sus viajes una estatua del Divino Niño, y en cada casa de
su comunidad mandó tener y honrar una bella imagen del Niño Jesús
que casi siempre ella misma dejaba de regalo al despedirse.
Millones
de creyentes han hecho la experiencia de pedir favores a Dios por los
méritos de la infancia de Jesús y han conseguido maravillas. Y
nosotros vamos a hacer lo mismo. Queremos honrar la infancia de Jesús
y darle gracias por haber nacido en Belén para salvarnos.
Desde
hace unos trescientos años la devoción al Niño Jesús se ha
extendido rápidamente por Europa, América, Asia, Africa y Oceanía.
Las gentes empezaron a experimentar que cuando piden favores a Dios
por los méritos de la infancia de Jesús consiguen maravillas.
Existen
alrededor de todo el mundo muchas figuras e imágenes representando
al Niño Jesús mediante las cuales se han obtenido grandes milagros.
Entre las más conocidas se encuentran: El
Niño Jesús de Praga, en Checoslovaquia; el Santo Niño de
Atocha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia y el
milagroso Niño Jesús de Bogotá en Colombia, entre otros.
En
el año 1636 Nuestro Señor le hizo a la venerable Margarita del
Santísimo Sacramento esta promesa:"Todo lo que quieras
pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y tu oración será
escuchada".
Niño Jesús Enfermero (Las Palmas de Gran Canaria)
El
Niño Jesús Enfermero es un lienzo que representa a Jesús en su
infancia, es venerado en la Parroquia de San Francisco de Asís en la
ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, (Canarias)
Origen
de la devoción
Desde
finales del siglo XVII se rinde culto en las Palmas de Gran Canaria
al Niño Jesús Enfermero, también conocido como el Divino Infante.
Así como otras devociones de los pasados tiempos han sido olvidadas
o preteridas, esta devoción al Santo Niño Jesús Enfermero se ha
mantenido constante y hasta en aumento. Comenzó en el Convento de
San Bernardino de Siena, de monjas de Santa Clara, hoy desaparecido.
Fue fundado este monacato en el año 1664 y estuvo en pie hasta la
primera mitad del siglo XIX, en que se inició su demolición.
En
la enfermería de este cenobio se colocó el cuadro del Niño
Enfermero, de ahí el origen de su advocación. De la enfermería
pasó a la Iglesia del Convento; abandonó la clausura para que los
vecinos de Las Palmas pudieran venerarlo.
En
el año 1840 expulsaron a las monjas claras de su convento y
demolieron éste para construir un teatro. Pasó entonces el
milagroso Niño a la Parroquia de San Francisco de Asís y en ella
lleva más de un siglo recibiendo el culto ferviente de sus numerosos
devotos.
Cultos
Anualmente
se le consagra un solemne triduo que tiene lugar a finales de la
primera quincena de enero, coincidiendo el acto litúrgico más
importante en sábado, último día del Solemne Triduo en su honor.
El Santo Niño De La Cuchilla
Venezuela
La
imagen del Santo Niño de la Cuchilla está hecha de alabastro,
representa al divino recién nacido, recostado en la losa del un
sepulcro con el mundo en la mano, y la cabeza reclinada sobre el
brazo derecho en actitud durmiente, con una calavera por almohada. Su
tamaño es de 09 cm. aproximadamente.
La
historia nos señala que entre los años 1870 – 1877 se conoció en
Venezuela como el septenio del mandato del Gral. Antonio Guzmán
Blanco, que en su lucha contra el clero fue sin duda alguna la mas
espectacular de sus empresas y el mas penetrante esbozo de su lucha
política.

La familia Hernández luego se fue a Zea, remontando el camino del Páramo de Mariño y llegaron al sitio conocido como La Cuchilla y se instalaron cerca de la Laguna de los Osos llevando consigo el Santo Niño; pero con el transcurrir del tiempo se lo dieron al Sr. José Anunciación Rondón, quien lo guardó por mucho tiempo en un baúl y no se supo más de la venerable imágen; pero pasado el tiempo se lo reclamaron los Hernández, estos eran medio parientes de una familia Vera que vivían en todo el filo de La Cuchilla, y se llama así, porque es filoso como una cuchilla, completamente afilada la cresta de la montaña. Así la familia Hernández se lo dio a la familia Vera que vivió allí, quienes colocaron al Santo Niño en una tablita, que prendía del techo amarrada por dos cabuyas; se dice que era una familia sumamente pobre, y no poseían ningún altarcito para colocar la imagen; pero el Niño comenzó a hacer milagros y la gente le llamo mucho la atención, el Niño tan lindo.
Cuando en 1935, segunda época del Padre Ramón de J. Angulo como párroco de Zea, se conoció que este resolvió hacer un cuartito mas grande, el Niño estaba en un altarcito y metido en un nicho y la gente pedía favores y subía a pagar las promesas ofrecidas.
Para el año de 1949 se desempeño como cura párroco de Zea el Pbro. Juan Eduardo Ramírez y estaba encargado de la custodia de los bienes del Santo Niño el Sr., Cruz Pérez quien había logrado reunir un dinero y se lo llevaban a los Adriani con el propósito de levantar una Capilla al Santo Niño; esto tuvo el apoyo del Padre Ramírez, quien citó a las personas más representativas de Zea y crearon la Junta Pro-Capilla del Santo Niño, la presidió él como párroco, se levantaron los planos para la construcción de la capilla, la cual fue edificada por unos arquitectos Italianos de apellido Forchela. Esta primera Junta estuvo integrada entre otras personas por Don Domingo Adriani, Antonio Velasco, Ramón Ramírez y Josefa Barrios Mora como Secretaria.
En un documento que reposa en el Archivo Arquidiocesano de Mérida, en la selección conocida como "Correspondencias de Monseñor Silva" de fecha 13 de Mayo de 1909, fichado por el Lic. Luis Ramírez Méndez, quien muy gentilmente me facilitó la información, donde la monja Fidelia de la Concepción, relata en dicha carta a Mons. Silva, "que la exclaustración de las monjas Clarisas de Mérida fue el 30 de Mayo de 1874, y que esta comunidad religiosa la componían la Madre Manuela del Carmen Uzcátegui, abadesa, la Madre Clara de Santa María Espinoza, Vicaria, Adredela Concepción de Jesús Briceño; la Madre Josefa de Jesús María y González, la Madre Josefa del Sagrado Corazón de Jesús Romero, la Madre Fernanda de la Santísima Trinidad Romero; esas dos eran hermanas, María Gregoria de la Merced Bargas, Madre Ramona Fidelia de la Concepción Valero, Madre María del Santísimo Sacramento Pineda, Margarita de los Santos Aguilar y Magdalena Virgen María Uzcátegui".
Refiere la carta, que luego que fueron asediadas por los mandatarios y soldados con amenazas de echarlas a la calle y llevar a la Abadesa a la cárcel; solo se contentaron con quitarles algunas imágenes y separarlas.
Luego resolvieron buscar asilo en otro país, con dirección al convento de Pamplona (Colombia) entre ellas, la Madre Vicaria, Clara de Santa María y las Hermanas Rafaela de la Merced, Patrocinio de San Pedro Alcántara, Tomasa de la Concepción, María Antonia del Niño Jesús, quienes llegaron a la grita donde permanecieron desde el mes de Septiembre de 1874 hasta Mayo de 1875.
La prueba de que las monjas Clarisas llevaban la imagen se refleja en un documento que fichado por el Lic. Luis Ramírez M. el cual reposa en el Registro Principal del Estado Mérida en la parte correspondiente a Judiciales – Estado Guzmán, Juzgado de Primera Instancia Nº 25 titulado "Inventario y posesión de los bienes del extinguido convenio de las Clarisas de Mérida", en junio de 1874. Allí se puede apreciar que en comunicación con el Ciudadano Juez de 1era Instancia Pedro L. Godoy, declara "Que no existían los bienes alahas, ni libros del extinguido Convento, por no haber hecho entrega la Madre Abadesa" tiene fecha septiembre 19 de 1874. Esto demuestra fehicientemente, que las monjas Clarisas llevaban consigo algunas imágenes o alahas; y que una de ellas fue la que dejaron en Las Tapias a la familia Hernández, quienes con el transcurrir el tiempo llegaron a Zea, descartando así de manera definitiva a los Pérez y se mandaron a imprimir hojas con la verdadera historia.
Allí comenzó a hacer milagros, se le erigió su capilla y son muchos los devotos que visitan a Zea para asistir a lo que allí denominamos "La Bajada del Santo Niño" los 31 de Diciembre.
SANTO
NIÑO JESÚS DE PRAGA
Los cristianos siempre han tenido una gran devoción al Niño Jesús. Nos hace presente el gran misterio de la Encarnación: El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.

Después de la muerte de su esposo, la princesa se dedicó a las obras de caridad. Los religiosos de la orden carmelita en Praga, fueron particularmente favorecidos por la generosa asistencia de la princesa.
En
el año 1628 estalló la guerra en Praga y el monasterio de los
monjes fue reducido al extremo de la pobreza. En aquellos días, la
Princesa Polyxenia se presentó a la puerta del monasterio con su
estatua y dijo así:
"Aquí
les traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo. Honrad y
respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario".
La
hermosa estatua fue colocada en el oratorio del convento. Su túnica
y el manto habían sido arreglados por la misma princesa. Muy pronto
sus palabras resultaron proféticas. Mientras los religiosos
mantuvieron la devoción al Divino Infante de Praga, gozaron de la
prosperidad. En 1631 el ejército de Sajonia entró en Praga y los
Padres Carmelitas se trasladaron a Munich sin llevarse la estatua la
que terminó arrojada a los escombros por manos de los herejes
invasores.
En
el año 1635 terminó la guerra y regresaron los carmelitas a su
convento en la ciudad de Praga pero las condiciones de vida eran muy
malas. Uno de los monjes llamado el Padre Cirilo regresó a Praga
después de siete años. Encontró la situación en la ciudad en
pésimas condiciones. Los ciudadanos corrían el peligro de perder
hasta la fe. Fue entonces que el Padre Cirilo, quién había recibido
anteriormente gran ayuda espiritual por medio de su devoción al
Santo Niño de Praga, quiso restaurar la devoción. Con mucha
diligencia el comenzó a buscar la estatua milagrosa. Al cabo de
cierto tiempo, el Padre la encontró entre los escombros detrás del
altar, donde los invasores la habían arrojado. Estaba cubierta por
un manto. Extasiado de alegría, el Padre Cirilo volvió a colocar al
Santo Niño en su lugar, en el Oratorio donde los carmelitas lo
veneraron con gran devoción y confianza. Pronto se levantó el sitio
impuesto por los enemigos y todos gozaron felizmente de la paz.
Un
día, mientras que el padre Cirilo rezaba devotamente ante la estatua
milagrosa, oyó una voz que le decía:
"Ten
piedad de mi y yo tendré piedad de vosotros. Devolvedme mis manos y
yo os daré la paz. Cuánto mas me honren, tanto mas os bendeciré."
Asombrado
de oír estas palabras, el Padre Cirilo examinó la estatua
minuciosamente. Removiendo el manto que cubría al Divino Niño, el
Padre descubrió que ambas manitas estaban quebradas. El Superior se
negó a restaurarlas alegando la extrema pobreza en que aún vivía
el convento. El Padre Cirilo fue llamado a auxiliar un moribundo
llamado Benito Maskoning y recibió de él 100 florines. Los llevó
al Superior y tenía esperanza que se usasen para reparar la estatua.
Pero este juzgó que sería mejor comprar una nueva. El mismo día
que se inauguró la nueva estatua, un candelabro de la pared se
desprendió y cayendo sobre la estatua, la redujo a pedazos. Al mismo
tiempo, el Padre Superior cayó enfermo y no pudo terminar su período
de mando.
Elegido
un nuevo Superior, el P. Cirilo volvió a suplicarle que hiciera
reparar la estatua pero no consiguió nada. Un día mientras oraba a
la Virgen María lo llamaron a la Iglesia donde una señora le
entregó una cuantiosa limosna antes de desaparecer. Lleno de gozo,
el P. Cirilo fue al Superior con el dinero pero este lo utilizó para
otra cosa.
Pronto
vinieron nuevas calamidades y pobreza. Ante esas circunstancias todos
acudieron al Niño Jesús. El Superior se humilló y prometió
celebrar 10 misas ante la estatua y propagar su culto. La situación
mejoró notablemente, pero no se arreglaba la estatua. Un día el
Padre Cirilo, que no cesaba de interceder ante Jesús, escuchó que
le decía:
"Colócame
a la entrada de la sacristía, y encontrarás quien se compadezca de
mí."
Se
presentó un desconocido, el cual, notando que el hermoso Niño no
tenía manos, se ofreció espontáneamente a repararlas. Al poco
tiempo el desconocido ganó un juicio en el que recuperó una
fortuna. Innumerables beneficios fueron recibidos por los devotos.
Los carmelitas por eso quisieron edificarle una capilla pública,
teniendo en cuenta que el sitio donde debían levantarla, había sido
ya indicado por la Santísima Virgen al Padre Cirilo. Pero no había
dinero y los conflictos con los calvinistas hacía peligroso levantar
nuevas iglesias.
Finalmente,
en el 1642, la Princesa Lobkowitz edificó un santuario que se
inauguró en 1644, el día de la fiesta del Santo Nombre de Jesús.
Acudían devotos de todas partes y de toda condición. En 1655, el
Conde Martinitz, Gran Marqués de Bohemia, regaló una preciosa
corona de oro esmaltada con perlas y diamantes. El Reverendo José de
Corte se la colocó al Niño Jesús en una solemne ceremonia de
coronación.
Al
Divino Niño le llamaban el "Pequeño Grande" y su
reputación milagrosa se esparció por todas las naciones. En
innumerables colegios, parroquias, hogares, el Divino Niño entró a
presidir y derramar sus bendiciones, sobre todo la gracia de la fe.
Surgieron
las Letanías del Nombre de Jesús; la recitación de 5
padrenuestros, avemarías y glorias seguidas de la jaculatoria: "Sea
bendito el Nombre del Señor ahora y por los siglos de los siglos"
repetida 5 veces; la oración del Padre Cirilo; la recitación del
Rosario del Niño Jesús; y la celebración de la fiesta de Su
Santísimo Nombre, el 2º domingo después de la Epifanía.
Es
significativo que Jesús quiera propagar la devoción a su infancia
en un mundo en que los niños son abortados, abusados y la mayoría
no recibe una educación ni ejemplo de vida cristiana. Jesús, quién
dijo "dejad que los niños se acerquen a mi", fue El mismo
niño y quiere que seamos humildes y puros como niños para entrar en
el Su Reino. Al meditar sobre su niñez, Jesús nos bendecirá y
suscitará en nosotros sus virtudes.
La
devoción al Divino Niño siempre había sido practicada por los
carmelitas. Santa Teresa de Jesús practicaba una devoción muy
particular al Divino Niño. Igualmente lo hacía Santa Teresita,
llamada la "pequeña flor de Jesús".
El
Divino Niño
Colombia y otros países
Colombia y otros países
Y
todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Juan 14,13
La
devoción al Divino Niño es providencial, es luz para un mundo que
desprecia la vida humana y en que tantos niños son abortados o
abandonados. ¡Cuánto glorifica a Dios que reconozcamos que El nos
envió a Su único Hijo!. El se hizo un niño pequeñito, igual que
nosotros en todo menos en el pecado.
Mientras
el mundo apuesta por el poder de las armas y del dinero, que es la
ley del más fuerte, Jesús nos enseña que el reinará por el amor
cuando nos hagamos niños guiados por Su Padre Celestial. Nos pide
una profunda conversión de corazón:
Yo
os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no
entraréis en el Reino de los Cielos. Mateo 18,3
Vemos
entonces que el objetivo primario de la devoción al Divino Niño ha
de ser nuestra propia transformación para ser cada vez más como
Jesús, en todo hijos dóciles y obedientes al Padre. Así
propiciamos su Reino.
YO
REINARE
El
es el Camino, la Verdad y la Vida. El y solo El renueva nuestros
corazones para que seamos también nosotros hijos del Padre. Esta
devoción se hace en la misma fe que nos mueve a rezar en el Padre
Nuestro: "Venga Tu Reino".
Historia
de la devoción
Comienza
la devoción al Divino Niño en Colombia en el año 1907, primero
entre los carmelitas y después en la Comunidad Salesiana. Fueron
tantos los favores concedidos que los devotos agradecidos propagaron
la devoción por todas partes. Citamos el testimonio del milagro del
1915, reconocido por el obispo:
Mi
hija María de 18 años venía padeciendo terribles dolores de
reumatismo. Eran tan grandes los dolores que padecía y tan
devastadora la inmovilidad que el reumatismo le estaba produciendo,
que viéndola ya en peligro de muerte llamamos al sacerdote que la
confesó y le administró el viático y la extremaunción.
No
podía hacer el menor movimiento de pies o de manos sin sentir
agudísimos dolores. Los medicamentos de los médicos no le producían
ninguna mejoría. Uno de los mejores médicos de la ciudad venía
cada día a visitarla, pero los ataques reumáticos eran cada día
más fuertes y le daban unas convulsiones que la dejaban medio
muerta.
El 10 de noviembre del año pasado cuando en uno de los terribles ataques creí que se moría, al ver que recobraba otra vez el habla, se me ocurrió una idea: corrí a mi habitación y me traje una imagencita del Divino Niño que nosotros veneramos con mucho cariño, y acercándome a la enferma le dije: "Hija, Nuestro Señor hizo la promesa de que si le pedimos por los méritos de su infancia, nuestra oración será escuchada. Pidámosle por los méritos de sus 12 primeros años de vida, si te conviene para la salud del alma, te conceda la salud del cuerpo. Dále un beso a la imagen del Divino Niño y la colocamos luego junto a los pies que tanto te duelen".
Ella besó amorosamente al queridísimo Niño Jesús y luego colocamos la imagen en lecho, junto a la enferma y rezamos con toda fe.
Pasada
una hora, de pronto mi hija gritó entusiasmada: "Papá, papá,
estoy curada". Y para demostrarme que si era verdad, movía los
brazos y los pies en todas direcciones sin sentir el menor dolor
(siendo que hasta hacia unos minutos al menor movimiento de un brazo
o de un pie daba un grito de dolor). Estaba totalmente curada.
Pronto
nos reunimos todos los familiares y emocionados dimos gracias al
Milagroso Niño Jesús que hace tales maravillas. Después de once
meses mi hija se encuentra muy robusta y sin el más mínimo dolor de
reumatismo y recomendamos a las personas necesitadas a que en
cualquier angustia, dolor o necesidad invoquen con toda confianza a l
Niño Jesús que tanto goza ayudando a los necesitados. El Señor
Obispo que nos honra con su amistad y que había venido varias veces
a visitar a la enferma, atestigua también este milagro que los
médicos no han logrado explicar.
Certificamos que esta declaración es verdadera, firmado: Heladio, Obispo de Cali.
Firmado, con inmensa gratitud al Niño Jesús: Manuel Sinisterra. Cali 1916.
El padre Juan del Rizzo y la devoción al Niño Jesús
El padre salesiano Juan del Rizzo llega a Barranquilla, Colombia, en 1914. Con gran esfuerzo se dedica a recaudar fondos para la construcción de un templo pero no tiene éxito. Fue entonces que tuvo la inspiración de pedir a Nuestro Señor por los méritos de su infancia. Desde entonces el éxito del padre fue extraordinario y se convirtió en un gran devoto del Divino Niño, dedicando su vida a la propagación de la devoción.
Después
de 13 años de ministerio en Barranquilla, el padre del Rizzo fue
trasladado a Medellín, donde continuó su labor exhortando a todos a
confiar en Jesús por los méritos de su infancia. Al principio la
devoción del padre del Rizzo se identificaba con la imagen del Niño
Jesús de Praga, pero en Medellín una asociación de devotos a esa
devoción se le opuso, alegando que ellos tenían la exclusiva sobre
el Niño de Praga. ¡Posiciones absurdas que se dan entre los seres
humanos! El padre del Rizzo buscó entonces otra forma de expresar su
devoción al Niño Jesús. El sabía que los milagros no los hace la
imagen sino el mismo Jesucristo que está vivo.
En 1935 el padre del Rizzo fue trasladado a Bogotá y, providencialmente, se encontró allí con una preciosa imagen del Divino Niño. Colocó el padre la imagen en unos terrenos baldíos del Barrio 20 de Julio de Bogotá. Desde allí pregonaba a todo quien escuchase los prodigios que Jesús otorga a quienes honran su santa infancia. Los milagros se multiplicaron: Curaciones, empleos, reconciliación de familias, protección de negocios.... pero sobre todo muchas conversiones.
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El Santo Niño de Atocha es una advocación católica del Niño Jesús muy popular en las culturas de España, Filipinas, Colombia, Honduras, Venezuela, el suroeste de Estados Unidos y especialmente México en donde tiene un Santuario en Plateros, comunidad de Fresnillo, Zacatecas; y una iglesia en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La
imagen original del Santo Niño de Atocha que se encuentra en
Plateros representa a un niño vestido de peregrino con sombrero,
capa, bastón con un contenedor para el agua en la mano derecha y una
canasta en la mano izquierda.
Historia
Tiene
su apogeo o época de máximo esplendor Durante el siglo XIII, España
estaba bajo el dominio de los musulmanes. La ciudad de Atocha fue
invadida por los musulmanes, que encarcelaron a los cristianos.1 Los
cristianos fueron castigados seriamente y tuvieron prohibiciones
estrictas; a los prisioneros se les negó la comida por sus
creencias. Finalmente solo a los niños menores de 12 años de edad
se les permitía llevarles comida. Las mujeres de Atocha sabían que
la mayoría de las personas en las cárceles no podrían sobrevivir
en esas condiciones, por lo que oraban ante la imagen de Nuestra
Señora de Atocha, pidiéndole que abogara ante su hijo Jesucristo
para que éste les ayudase.
Corrió
un rumor entre la gente de Atocha, de que un niño menor de doce años
había comenzado a llevar comida a los presos sin hijos, el niño
estaba vestido con ropas de peregrino. Los guardias que le
permitieron alimentar a los presos descubrieron sorprendidos que ni
los alimentos de la cesta ni el agua de la jarra del niño se
agotaban.
Cuando
las mujeres de Atocha escucharon sobre el niño milagroso, volvieron
a Nuestra Señora de Atocha, y agradecieron a la Virgen por su
intercesión. Mirando la imagen de la Virgen, se dieron cuenta de que
los zapatos que llevaba el Niño Jesús en manos de Nuestra Señora
de Atocha estaban hechos jirones y llenos de polvo. Los zapatos eran
reemplazados, pero estos continuaban sucios. La gente de Atocha vio
esto como una señal de que el Niño Jesús salia todas las noches
para ayudar a los necesitados.4
La
devoción en otros lugares
El
conflicto árabe se extendió más allá de la ciudad de Atocha. En
los puntos graves en su viaje, los viajeros informaban que un joven,
vestido de peregrino, llevaba comida y otras necesidades a los
prisioneros. El niño solía viajar con ellos hasta que estaban fuera
de peligro. El niño milagroso fue siempre considerado como el Niño
Jesús y se le dio el título al Santo Niño de Atocha.
Se
dice que El Santo Niño de Atocha también ayuda a mineros que quedan
atrapados en una mina. Hace muchos milagros y millones de personas
creen en él en todo el mundo.
México
Después
de la conquista española del imperio azteca, un general español fue
a explorar las tierras del norte de la Nueva España. Él y sus
tropas llegaron a un lugar donde se situaba un fresno en la orilla de
un pozo donde la gente acudía por agua. Decidieron llamar al lugar
Fresnillo, ahora en el estado de Zacatecas, ya que este era abundante
en el lugar. Mientras se construía el pueblo en Fresnillo, algunos
mineros que estaban cerca del lago vieron llegar una mula desde el
oeste, la mula llevaba una caja de madera gigante en la espalda. Los
mineros decidieron tomar la caja de la mula por un tiempo para que
pudiera descansar y beber agua. Sin embargo, una vez que los mineros
quitaron la caja de la mula salió corriendo dejando a los mineros la
caja de madera. Cuando los mineros abrieron la caja se sorprendieron
al encontrar una medalla de plata de Cristo crucificado llamada
"Corpus", sin cruz. El general ordenó que se construyera
una iglesia en todo el valle y el nombre de la ciudad sería
Plateros, ya que la ubicación del Cristo de plata fue descubierta.
El general ordenó entonces una imagen de Nuestra Señora de Atocha
que se trajo de España a Plateros. La imagen fue puesta en la
iglesia de San Agustín, junto con el Cristo de plata.
En
esos años se descubrió plata en Fresnillo y las minas se abrieron
en las montañas cerca de la colonia. A las pocas semanas de la
apertura de la mina de Fresnillo, se produjo una explosión y muchos
mineros quedaron atrapados. Las esposas de los mineros fueron a la
iglesia de San Agustín para orar por sus maridos y se dieron cuenta
de que el niño en la imagen de Nuestra Señora de Atocha había
desaparecido. Al mismo tiempo, se dijo que un niño fue al lugar
donde estaban los mineros atrapados, les dio agua y les mostró el
camino para salir de la mina. Siempre que había un problema en la
mina el niño ayudaba a los mineros que lo necesitaran. Cada vez que
esto sucedía, la imagen del niño en los brazos de la Virgen se
encontraba sucio y su ropa tenía pequeños agujeros en ellos.
Después de eso, el Santo Niño fue sacado de los brazos de su madre
y se puso una caja de cristal para la veneración de los fieles. El
Santo Niño de Atocha se ha convertido en un símbolo de Zacatecas y
el protector de los mineros. Muchos hacen peregrinaciones a Plateros
para dar gracias y pedir favores.
Divino
Niño de Arenzano
ITALIA.
En
Italia, el país donde vive el Papa, la devoción al Niño Jesús
empezó en grande desde el año 1899, en que Arenzano entronizaron la
imagen del Milagroso Niño. Cuando la gente vio aparecer, todos
exclamaban: “Que lindo, “! (El mismo Papa León Trece tenía una
imagen del Niño Jesús en sus habitaciones pontificias) Los devotos
se quedaban admirados al ver el rostro tan amable de la imagen del
Divino Niño y le tomaron un inmenso cariño y gran confianza.
Sin contar los numerosos devotos que obtenían favores del Niño Jesús contaban por todas partes las gracias obtenidas, y esto atraía más devotos. Torrentes de gracias y maravillas llegaban a quienes le rezaban con fe, y de las más apartadas regiones del país acudían a rezarle al Divino Principito.
Sus
continuos prodigios electrizaban a las muchedumbres. Y el Santuario
del Niño Jesús en Arenzano se convirtió en uno de los sitios de
peregrinación más famosos de todo el país. Y el Papa concedió
indulgencia especial a quien visitara el santuario del Divino Niño
por 9 domingos. Unos les ofrecían el primer domingo de cada mes, y
otros los 9 domingos seguidos.