Santa María
Faustina Kowalska
5 Octubre
1905-1938
Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos de la Iglesia más conocidos. A través de ella el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada sobre la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo.
Nació el 25 de
agosto de 1905 como la tercera hija entre diez hermanos en la familia de
Mariana y Estanislao Kowalski, campesinos de la aldea de Głogowiec. En el santo
bautizo, celebrado en la iglesia parroquial de Świnice Warckie, se le
impuso el nombre de Elena. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración,
la laboriosidad, la obediencia y una gran sensibilidad ante la pobreza humana.
A los 9 años recibió la Primera Comunión. La vivió muy profundamente,
consciente de la presencia del Huésped Divino en su alma. Su educación escolar
duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para,
trabajando de empleada doméstica en casas de familias acomodadas de Aleksandrów, Łódź y
Ostrówek, mantenerse a sí misma y ayudar a los padres.
Ya desde los 7 años
sentía en su alma la llamada a la vida religiosa, pero ante la negativa de los
padres para su entrada en el convento, intentó apagar dentro de sí la voz de la
vocación divina. Sin embargo, apresurada por la visión de Cristo sufriente fue
a Varsovia y allí, el 1 de agosto de 1925 entró en la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia donde, como sor María Faustina,
vivió trece años. Trabajó en distintas casas de la Congregación. Pasó los
períodos más largos en Cracovia, Płock y Vilna cumpliendo los deberes de
cocinera, jardinera y portera.
Para quien la
observara desde fuera nada hubiera delatado su singular intensa vida mística.
Cumplía sus deberes con fervor, observaba fielmente todas las reglas del
convento, era recogida y callada, pero a la vez natural, llena de amor benévolo
y desinteresado al prójimo. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris,
se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios.
Su espiritualidad se
basa en el misterio de la Divina Misericordia, que ella meditaba en la Palabra
de Dios y contemplaba en lo cotidiano de su vida. El conocimiento y la
contemplación del misterio de la Divina Misericordia desarrollaban en ella una
actitud de confianza de niño hacia Dios y la caridad hacia el prójimo.
Oh
Jesús mío —escribió— cada uno de tus santos refleja en sí una
de tus virtudes, yo deseo reflejar tu Corazón compasivo y lleno de
misericordia, deseo glorificarlo. Que tu misericordia, oh Jesús, quede impresa
sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en
esta vida y en la otra. (Diario 1242).
Sor Faustina era una fiel hija
de la Iglesia a la que amaba como a Madre y como el Cuerpo Místico de
Jesucristo. Consciente de su papel en la Iglesia, colaboró con la Divina
Misericordia en la obra de salvar a las almas perdidas. Con este propósito se
ofreció como víctima cumpliendo el deseo del Señor Jesús y siguiendo su
ejemplo. Su vida espiritual se caracterizó por el amor a la Eucaristía y por
una profunda devoción a la Madre de la Divina Misericordia.
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Santuario en Polonia. Restos de la Santa a los pies del cuadro |
Los años de su vida
en el convento abundaron en gracias extraordinarias: revelaciones, visiones,
estigmas ocultos, la participación en la Pasión del Señor, el don de
bilocación, los dones de leer en las almas humanas, de profecía y de
desposorios místicos. Un contacto vivo con Dios, con la Santísima Madre, con
ángeles, santos y almas del purgatorio: todo el mundo extraordinario no era
para ella menos real que el mundo que percibía a través de los sentidos.
Colmada de tantas gracias extraordinarias sabía, sin embargo, que no son éstas
las que determinan la santidad. En el Diario escribió:Ni
gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la
hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son
solamente un adorno del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la
perfección. Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi
voluntad con la voluntad de Dios (Diario 1107).
El Señor Jesús
escogió a sor Faustina por secretaria y apóstol de su misericordia para, a
través de ella, transmitir al mundo su gran mensaje. En el Antiguo Testamento
—le dijo— enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a
toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad
doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón misericordioso
(Diario 1588).
La misión de sor
Faustina consiste en 3 tareas:
– Acercar y proclamar
al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor
misericordioso de Dios a cada persona.
– Alcanzar la
misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores,
por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina
Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina
Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la
Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la
coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia
(las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del
culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la
condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.
– La tercera tarea
es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de
proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la
perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María
Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se
expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo.
Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas
en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes,
hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina
Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas
que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina.
Sor María Faustina
manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del
Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús
le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria
de mi más profundo misterio —dijo el Señor Jesús a sor María Faustina— tu
misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para
el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas
consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta
obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae
no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en
ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido
traducido a muchos idiomas,por citar algunos: inglés, alemán, italiano,
español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.
