Santo Nombre

EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESUS

La crónica dice que el hijo de María recibió el nombre de Jesús ocho días después de su nacimiento.



Jesús significa Salvador y fue impuesto por Dios mismo (Mt 1,21; Lc 1,31) ya que describe su misión.

Y en concreto quiere decir “Yahvé salva”  o  “El que salva con la fuerza de Yahvé”.

EL SIGNIFICADO DEL NOMBRE ENTRE LOS JUDÍOS

El propósito de asignar un nombre en nuestra cultura occidental es simplemente identificar, distinguir una persona de otra.

Pero en la cultura judía, los nombres eran elegidos por sus significados.
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Es así que los nombres describen directamente a sus poseedores.
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Por lo tanto los nombres en la Biblia tienen tanto el propósito de describir como de identificar.

Los nombres eran dados como representaciones de las esperanzas y sueños de los padres y se reconocía en estos la asistencia divina.
En el Antiguo Testamento los nombres tenían significados entendibles.
Por ejemplo: Abram significa “padre exaltado”, pero Abraham significa “Padre de multitudes”. Uziel significa “Dios es mi fortaleza” (Ex 6:18), Adoniram, “Mi Señor es exaltado” (1 R 4:6) y Ahimelec, “Mi hermano [divino] es rey” (1 S 21:1).

En hebreo siempre se refieren al carácter o al propósito de aquel a quien se nombra.

EL NOMBRE DE DIOS ENTRE LOS JUDÍOS
Dios no tiene nombre porque la terminología humana no puede describirlo. Debe ser conocido en espíritu.
Sin embargo ha consentido que los hombres usen temporariamente la palabra YHWH para identificarlo, debido al escaso entendimiento de él.
El tercer mandamiento que recibió Moisés fue ‘No tomarás el nombre de YHWH tu Dios en vano’.
los judíos piensan que hay sólo una manera de no decir jamás el nombre de YHWH en vano, y es no decirlo nunca.


Por eso, siempre que los Judíos leen la Biblia donde dice YHWH, lo leen como Adonai que significa Señor   ha-shem que significa el Nombre.


JESÚS ES EL NOMBRE DE DIOS
En rigor, Jesús no necesitaba describir a Dios, él mismo era la descripción.
Por eso el ángel Gabriel dio instrucciones específicas en sueños a José y a María:
‘Le pondrán por nombre Jesús’
Y mientras tanto el Nuevo Testamento ni una vez menciona el nombre de YHWH, pero si abundantemente el nombre de Jesús, porque resulta ser el nombre que Dios ha revelado a los hombres.
Históricamente hablando Jesús es la persona descripta en el Nuevo Testamento quien vivió dos mil años atrás y fundó la fe cristiana.
Y para la mayoría de la población mundial Jesús es el fundador de una religión extraña, si es que han oído hablar de él.
Pero para una minoría en el mundo occidental Jesús es el Hijo de Dios.
Es la descripción y la identidad de Dios para el que se encuentra con él en la peregrinación en la Tierra.


La palabra Jesús es la forma latina del griego “Iesous”, que a su vez es la transliteración del hebreo “Jeshua” o “Joshua” o también “Jehoshua”, que significa “Yahveh es salvación”

 

Más adelante la tradición devocional le añade un significado a las siglas: "I", Iesus (Jesús), "H", Hominum (de los hombres), "S", Salvator" (Salvador). Juntos quieren decir “Jesús, Salvador de los hombres”.

El Santísimo Nombre de Jesús comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas del siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por primera vez a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.

San Bernardino solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella y, en el medio, se veía el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ).

Más adelante la tradición devocional le añade un significado a las siglas: "I", Iesus (Jesús), "H", Hominum (de los hombres), "S", Salvator" (Salvador). Juntos quieren decir “Jesús, Salvador de los hombres”.


San Ignacio de Loyola y los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de la Compañía de Jesús.

El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

·        Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: "En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien" (Mc. 16,17-18). En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6; 9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).

·        Da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el "padre del hijo pródigo" y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.


·        Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.

·        En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: "lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre." (Jn. 16,23). Por lo tanto, la Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras: "Por Jesucristo Nuestro Señor", etc. Así se cumple la palabra de San Pablo: "Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos." (Flp. 2,10)...

El Santísimo Nombre de Jesús, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús: "Yahweh es salvación" con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del nombre de Jesús en Griego, ιησουσ, y añadiendo el nombre de Jesús al Ave María.  Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI.

En 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.


El nombre de Jesús, luz de los predicadores
San Bernardino de Siena
Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia.

No pienses en un nombre de poder, menos en uno de venganza, sino de salvación. Su nombre es misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su rostro bello.

No dudes, el nombre de Jesús es fundamento de la fe, mediante el cual somos constituidos hijos de Dios. La fe de la religión católica consiste en el conocimiento de Cristo Jesús y de su persona, que es la  luz del alma, franquicia de la vida, piedra de salvación eterna. Quien no llegó a conocerle o le abandonó camina por la vida en tinieblas, y va a ciegas   con inminente riesgo de caer en el precipicio, y cuanto más se apoye en la humana inteligencia, tanto más se servirá de un lazarillo también ciego, al pretender escalar los recónditos secretos celestiales con sólo la sabiduría del propio entendimiento, y no será difícil que le acontezca, por descuidar los materiales sólidos, construir la casa en vano, y, por olvidar la puerta de entrada, pretenda luego entra a ella por el tejado.

No hay otro fundamento fuera de Jesús, luz y puerta, guía de los descarriados, lumbrera de la fe para todos los hombres, único medio para encontrar de nuevo al Dios indulgente, y, una vez encontrado, fiarse de él; y poseído, disfrutarle. Esta base sostiene la Iglesia, fundamentada en el nombre de Jesús.

El nombre de Jesús es el brillo de los predicadores, porque de Él les viene la claridad luminosa, la validez de su mensaje y la aceptación de su palabra por los demás. ¿De dónde piensas que procede tanto
esplendor y que tan rápidamente se haya propagado la fe por todo el mundo, sino por haber predicado a Jesús? ¿Acaso no por la luz y dulzura de este nombre, por el que Dios nos llamó y condujo a su gloria? Con razón el Apóstol, a los elegidos y predestinados por este nombre   luminoso, les dice: en otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijo de la luz.

¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los atribulados y tentados se robustecen, y se sienten gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos, crecen los deseos, se obtienen los  favores, las almas contemplativas se extasían; por ti, en definitiva, todos los   bienaventurados del cielo son glorificados.

Haz, dulcísimo Jesús, que también nosotros reinemos con ello por la fuerza de tu santísimo nombre.


Oraciones al Santo Nombre de Jesús

EL SANTISIMO NOMBRE DE JESUS



El Santísimo Nombre de Jesús, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV.

San Bernardino de Siena y sus
 discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús: "Yahweh es salvación" con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del nombre de Jesús en Griego, ιησουσ, y añadiendo el nombre de Jesús al Ave María.  

Como fiesta litúrgica fue
 introducida en el siglo XVI. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.

Letanías al Santísimo Nombre de Jesús
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.
Dios Padre Celestial, R/ ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, 
R/ ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, 
R/ ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios, 
R/ ten piedad de nosotros.
Jesús, hijo de Dios vivo,         
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
Jesús, esplendor del Padre,
Jesús, pureza de la luz eterna,
Jesús, rey de la gloria,
Jesús, sol de justicia,
Jesús, hijo de la Virgen María,
Jesús, amable,
Jesús, admirable,
Jesús, Dios fuerte,
Jesús, padre del siglo futuro,
Jesús, mensajero del plan divino,
Jesús, todopoderoso,
Jesús, pacientísimo,
Jesús, obedientísimo,
Jesús, manso y humilde de corazón,
Jesús, amante de la castidad,
Jesús, amador nuestro,
Jesús, Dios de paz,
Jesús, autor de la vida,
Jesús, modelo de las virtudes,
Jesús, celoso de la salvación de las almas,
Jesús, nuestro Dios,
Jesús, nuestro refugio,
Jesús, padre de los pobres,
Jesús, tesoro de los fieles,
Jesús, pastor bueno,
Jesús, verdadera luz,
Jesús, sabiduría eterna,
Jesús, bondad infinita,
Jesús, camino y vida nuestra,
Jesús, alegría de los ángeles,
Jesús, rey de los patriarcas,
Jesús, maestro de los apóstoles,
Jesús, doctor de los evangelistas,
Jesús, fortaleza de los mártires,
Jesús, luz de los confesores,
Jesús, pureza de las vírgenes,
Jesús, corona de todos los santos,
Sednos propicio; perdónanos, Jesús.
Sednos propicio; escúchanos, Jesús.
De todo mal,              LÍBRANOS JESÚS
De todo pecado,
De tu ira,
De las asechanzas del demonio,
Del espíritu impuro,
De la muerte eterna,
Del menosprecio de tus inspiraciones,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu natividad,           SALVANOS JESÚS
Por tu infancia,
Por tu vida divina,
Por tus trabajos,
Por tu agonía y pasión,
Por tu cruz y desamparo,
Por tus sufrimientos,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu resurrección,
Por tu ascensión,
Por tu institución de la santísima Eucaristía,
Por tus gozos,
Por tu gloria,
Cordero de Dios, que quitas los peca dos del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los peca dos del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los peca dos del mundo, ten piedad de nosotros.

Oración: Señor nuestro Jesucristo, que has dicho: Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá. Te rogamos nos concedas el fuego de tu amor divino, para que Te amemos de palabra, de obra y de todo corazón y nunca cesemos de bendecir tu santo nombre.

Himno del Santísimo Nombre de Jesús, Breviario Romano
Oh Jesús de dulcísima memoria,
que nos das la alegría verdadera:
más dulce que la miel y toda cosa
es para nuestras almas tu presencia.
Nada tan suave para ser cantado,
nada tan grato para ser oído,
nada tan dulce para ser pensado
como Jesús, el Hijo del Altísimo.
Tú que eres esperanza del que sufre,
Tú que eres tierno con el que te ruega,
Tú que eres bueno con el que te busca:
¿Qué no serás con el que al fin te encuentra?
No hay lengua que en verdad pueda decirlo
ni letra que en verdad pueda expresarlo
tan sólo quien su amor experimenta
es capaz de saber lo que es amarlo.
Sé nuestro regocijo de este día,
Tú que serás nuestro futuro premio,
y haz que sólo se cifre nuestra gloria
en la tuya sin límite y sin tiempo.

El Fundamento de la Fe es el Nombre de Jesús mediante el cual somos constituidos Hijos de Dios
Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los
patriarcas, esperado con ansiedad , demandado con
gemidos, invocado con suspiros, requerido con
lagrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia.
No pienses en un nombre de poder, menos en uno
de venganza, sino de salvación. Su nombre es
misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús
resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su
rostro bello.
No dudes, el nombre de Jesús es fundamento de la
fe, mediante le cual somos constituidos hijos de
Dios. La fe de la religión católica consiste en el
conocimiento de Cristo Jesús y de su persona,
que es luz del alma, franquicia de la vida,
piedra de salvación eterna.
Quien no llegó a conocerle o le abandonó
camina por la vida en tinieblas, y va a ciegas
con inminente riesgo de caer en el precipicio,
y cuanto más se apoye en la humana inteligencia,
tanto más se servirá de un lazarillo también ciego,
al pretender escalar los recónditos secretos
celestiales con sólo la sabiduría del propio
entendimiento, y no será difícil que le acontezca,
por descuidar los materiales sólidos, construir la
casa en vano, y, por olvidar la puerta de entrada,
pretenda luego entra a ella por el tejado.
No hay otro fundamento fuera de Jesús, luz y
puerta, guía de los descarriados, lumbrera de la fe
para todos los hombres, único medio para encontrar
de nuevo al Dios indulgente, y, una vez encontrado,
fiarse de él; y poseído, disfrutarle. Esta base
sostiene la Iglesia, fundamentada en el nombre de
Jesús. 
El nombre de Jesús es el brillo de los predicadores,
porque de Él les viene la claridad luminosa, la
validez de su mensaje y la aceptación de su palabra
por los demás. ¿De dónde piensas que procede tanto
esplendor y que tan rápidamente se haya propagado
la fe por todo el mundo, sino por haber predicado a
Jesús? ¿Acaso no por la luz y dulzura de este
nombre, por el que Dios nos llamó y condujo a su
gloria? Con razón el Apóstol, a los elegidos y
predestinados por este nombre luminoso, les dice:
en otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz
en el Señor. Caminad como hijo de la luz. 
¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre
amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los
enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los
atribulados y tentados se robustecen, y se sienten
gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú
el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los
que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego
de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos,
crecen los deseos, se obtienen los favores, las almas
contemplativas se extasían; por ti, en definitiva,
todos los bienaventurados del cielo son
glorificados. 
Haz, dulcísimo Jesús, que también nosotros
reinemos con ello por la fuerza de tu santísimo
nombre. 

San Bernardino de Siena