San Simón Stock
Nacido en el condado de Kent,
Inglaterra, en 1165, murió en el monasterio carmelita de Burdeos, Francia, el
16 de mayo de 1265. Por su origen inglés se le llama también Simon Anglus.
Se dice que desde los 12 años
comenzó a vivir como un ermitaño en el hueco de un roble y que después se
convirtió en predicador itinerante hasta que entró en la orden de los
carmelitas, recién llegada a Inglaterra. Según la misma tradición fue como
carmelita a Roma y de allí al Monte Carmelo donde pasó varios años. Todo lo que
hay de cierto históricamente es que en 1247 fue elegido como sexto general de
los carmelitas, sucesor de Alan, en el primer capítulo celebrado en Aylesford,
Inglaterra. A pesar de su avanzada edad mostró notable energía e hizo mucho en
beneficio de la Orden, de manera que es considerado el más celebrado de sus
generales. Mientras ocupó el cargo, la orden se expandió por el sur y oeste de
Europa, especialmente en Inglaterra, sobre todo porque fundó casas en las
ciudades con universidad, como en 1248 en Cambridge, en 1253 en Oxford, en 1260
en Paris y Bolonia. Esta acción fue de la más grande importancia tanto para el
crecimiento de la institución como para el aprendizaje de los miembros jóvenes.
Simón logró ganarse la
aprobación temporal del Papa Inocencio IV para la regla alterada de la orden,
que se había adaptado a las condiciones europeas. Sin embargo la orden fue
oprimida y estaba aún luchando para ser aceptada, ya consiguiendo el
consentimiento del clero secular o la tolerancia de las otras órdenes. En estas
condiciones, como relata Guillermo de Sanvico (poco después de 1291), los
monjes rogaban a su patrona la Santísima Virgen. “Y la Virgen María reveló a su
prior que debían dirigirse sin miedo al Papa Inocencio, porque recibirían el
remedio para sus dificultades”. El prior siguió el consejo de la Virgen y la
orden recibió una bula o carta de protección de Inocencio IV contra esas
molestias. Es un hecho histórico que Inocencio IV emitió esa carta papal para
los Carmelitas, fechada el 13 de enero de 1252 en Perugia.
Escritores Carmelitas
posteriores dan más detalles de aquella visión y revelación. Johannes Grossi
escribió su "Viridarium" alrededor del 1430 donde relata que la Madre
de Dios se apareció a Simón Stock con el escapulario de la orden en su mano y
se lo entregó con las siguientes palabras:
"Hoc erit tibi et cunctis
Carmelitis privilegium, in hoc habitu moriens salvabitur" (Este será el
privilegio para ti y para todos los carmelitas, que todo el que muera con este
hábito, se salvará)
Debido a este gran privilegio, muchos ingleses
distinguidos, tales como el rey Eduardo II; Enrique, duque de Lancaster y
muchos otros de la nobleza llevaban secretamente ( clam portaverunt ) el
escapulario carmelita bajo su ropa y murieron con él. En la narración de
Grossi, sin embargo, es escapulario de la Orden significa el hábito de los
carmelitas y no el pequeño escapulario carmelita. Como sucedía con las
costumbres medievales entre otras órdenes, los carmelitas dieron su hábito o al
menos su escapulario a sus benefactores y amigos de alto rango para que
pudieran disfrutar del privilegio aparentemente unido a su hábito o escapulario
por la Virgen María. Es posible que los carmelitas mismos de aquel período llevaran
su escapulario por la noche, en un formato más pequeño, como lo llevaban más
tarde y actualmente, es decir, en forma del escapulario de la tercera orden. Si
esto es así, podían entregar ese escapulario a los laicos.
En fecha posterior,
probablemente no hasta el siglo dieciséis, en vez del escapulario de la Orden,
se entregaba un escapulario más pequeño como símbolo de la hermandad del
escapulario. Hoy la hermandad considera esto como su privilegio principal, que
deben a San Simón Stock, que el que muera con el escapulario no se pierda para
la eternidad. Así, el principal privilegio y toda la historia del pequeño
escapulario carmelita está relacionada con el nombre de San Simón Stock. No hay
dificultad en conceder que la narración de Grossi, arriba descrita, y la
tradición carmelita son dignas de crédito aunque no tengan el valor completo de
las pruebas históricas (ver: Escapulario de Nuestra Señora del Carmen ).
Las Antífonas "Flos
Carmeli" y "Ave Stella Matutina", que él escribió y que han sido
incorporadas al Breviario de los Carmelitas Calzados, muestran que Simón se
distinguía por una especial veneración y amor a la Virgen. Además de las
antífonas, se le han atribuido incorrectamente otras obras. Las primeras
narraciones biográficas de Simón Stock pertenecen al año 1430, pero no son
completamente fiables. Sin embargo él no fue venerado como santo en su tiempo
ya su fiesta no se incluyó en los libros corales del monasterio de Burdeos
hasta 1435. Se introdujo antes de 1458 en Irlanda, probablemente al mismo
tiempo en Inglaterra.
Su celebración en toda la Orden se introdujo por un
decreto del capítulo general de 1564.
8.- Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI -que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen- casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.
2.- Origen y propagación
8.- Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI -que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen- casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.
El escapulario de la Virgen
del Carmen
1. ¿Qué es?
El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción
mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la
inscripción en la Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón.
El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el
Concilio Vaticano II, "un signo sagrado según el modelo de los sacramentos,
por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se
obtienen por la intercesión de la Iglesia". (S.C.60).
2.- Origen y propagación
2.- Origen y propagación
A finales del siglo XII o principio del XIII nacía en el monte
Carmelo, de Palestina, la Orden de los Carmelitas. Pronto se vieron obligados a
emigrar a Occidente. En Europa, tampoco fueron muy bien recibidos por todos.
Por ello el Superior General de la Orden, San Simón Stock, suplicaba
con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen con esta oración:
Flos Carmeli
Vitis Florigera Splendor coeli Virgo puerpera Singularis y singular Mater mitis Sed viri nescia Carmelitis Sto. Propitia Stella maris |
Flor del Carmelo
viña florida esplendor del Cielo Virgen fecunda ¡Oh madre tierna! intacta de hombre a los carmelitas proteja tu nombre (da privilegios) Estrella del mar. |
En 1251, la Bienaventurada Virgen María, acompañada de una
multitud de ángeles, se apareció a San Simón Stock, General de los Carmelitas,
con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: "Tú y todos los
Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego
eterno"; es decir, quien muera con él, se salvará.
Este relato lo encontramos ya en un santoral de fines del siglo
XIV, que sin duda lo toma de códices más antiguos. En el mismo siglo XIII
Guillermo de Sandwich O.C. menciona en su "Crónica", la aparición de
la Virgen a San Simón Stock prometiéndole la ayuda del Papa.
La promesa del escapulario es de tal trascendencia, que
precisamente por ello suscitó fuerte oposición.
Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy
importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como
pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica
espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar
tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes,
su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".
El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes
de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios, cofrades. "Que
forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima
Madre", el Papa Pío XII, el 11.2.1950.
Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y
castidad.
- Vean,
en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor.
- Vean,
sobre todo, en esta librea que visten ida y noche, significada, con
simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino.
- Reconozcan,
por fin, en ella su consagración al Sacratismo Corazón de la Virgen
Inmaculada, s recientemente recomendada".
Cada escapulario tiene sus privilegios o gracias particulares,
pero todos pueden sustituirse por la medalla-escapulario (cfr. Decreto de
16-XII-1910). Sería falta de fe en la autoridad suprema del Vicario de Cristo
que confiere a esta medalla tal privilegio, creer que vale menos, para ganar
las promesas, llevar la medalla que los trozos de paño (aunque en determinados
casos, por otras razones externas de mayor visibilidad, etc., puede ser
preferible el escapulario de paño).
La medalla-escapulario debe tener por una parte la imagen de
Jesús con el Corazón, y por la otra una imagen de la Virgen bajo cualquier
advocación. Lo mismo que los escapularios ha de estar bendecida por un
sacerdote.
Es doctrina católica, repetida por el Concilio Vaticano II:
"El conjunto de los fieles, porque tiene la unción del Espíritu Santo
(cfr. 1 Jn. 2, 20-27) no puede equivocarse cuando cree, y esta peculiar
propiedad suya la manifiesta por el sentido sobrenatural de fe de todo el
pueblo cuando, desde los Obispos hasta los últimos fieles, presta su
consentimiento universal en lo referente a la fe y costumbres. Con este sentido
de fe... y bajo la guía del sagrado Magisterio... se adhiere infaliblemente a
ella, con certero juicio la penetra más profundamente y la aplica más
plenamente a la vida" (L.G. 12).
Esta precisa y espléndida formulación conciliar no puede ser más
explícita. Y es que la misma prerrogativa de infalibilidad concedida por Jesús
a su Vicario mediante la asistencia del Espíritu Santo, tiene precisamente como
finalidad que el conjunto del Pueblo de Dios, su Iglesia y Cuerpo místico, no
se equivoque, por ejemplo, con una devoción aceptada por todos.
En consecuencia: Si la promesa del Escapulario aplicada a todos
los fieles (proceda de la visión de San Simón Stock o de donde sea) no fuese
verdadera, el Espíritu Santo no hubiera permitido que la Iglesia, el conjunto
del Pueblo de Dios, la tuviese por cierta. Para muchos la prueba es
irrefutable, ni para ello es necesaria una definición del Magisterio Supremo.
Aunque sí hubo controversias y fueron dirimidas por la Santa Sede
5.- Privilegio sabatino
El Escapulario del Carmen además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino.
El Escapulario del Carmen además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino.
Según la tradición, a la muerte de Clemente V (1314), en el
cónclave que duró dos años y tres meses, la Santísima Virgen se apareció al
Cardenal Jaime Duesa, muy devoto de ella, y le anunció que sería Papa con el
nombre de Juan XXII, y añadió: "Quiero que anuncies a los Carmelitas y a
sus Cofrades: los que lleven puesto el Escapulario, guarden castidad conforme
con su estado, y recen el oficio divino, - o los que no sepan leer se abstengan
de comer carne los miércoles y sábados -, si van al purgatorio Yo haré que
cuanto antes, especialmente el sábado siguiente a su muerte sean trasladadas
sus almas al cielo".
Se ha escrito mucho sobre la "Bula sabatina", que en
ese sentido publicó Juan XXII, pero no hay suficientes pruebas documentales de
ella. Sin embargo en el siglo XV es muy citada, por ejemplo por el seudopapa
Alejandro V (elegido por el Concilio de Pisa, después de haber éste destituido
a Gregorio XII y Benedicto XIII, para acabar con el cisma; pero es claro que
uno de ellos debía ser legítimo, y un concilio no puede destituirle, sin
embargo algunos, como San Roberto Belarmino, consideran a Alejandro V Papa
verdadero, y el próximo Alejandro se tituló VI); aunque su bula de 7-07-1409
confirmando el Escapulario no tenga valor magisterial, es interesante su
testimonio de que conocía la de Juan XXII. Esta también fue citada por Sixto IV
(1-04-1477), Clemente VII (1530) y San Pío V (1566) - quienes además citan y
confirman la de Alejandro V -; etc.
En las citas de la "Bula sabatina" por los diversos
autores, se encuentran diversas lecturas de ella (lo que prueba que no dependen
de un solo documento inmediato). Por ejemplo, algunos en vez de ser
"sábado" cuando la Virgen socorre a los cofrades del purgatorio leen
"súbito" (cuanto antes), lo que parece una errata de transcripción,
aunque así ha pasado a la liturgia y a las encíclicas de Pío XII.
El privilegio sabatino fue muy impugnado, no histórica, sino
teológicamente, llegando el Inquisidor General de Portugal, en 1609, a prohibir
a los Carmelitas el predicarlo. Estos apelaron al Romano Pontífice, quien
confió la causa al Santo Oficio, y por fin, en 1613 dio un decreto renovado literalmente
por Inocencio XI (1678), San Pío X (1908) y Pío XI (1922). En él se estableció:
se permite a los PP. Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede creer...
(sigue lo dicho antes).
Pío XII en su citada Carta Magna del Escapulario del Carmen de
1950, enseña: "A la verdad, no dejará la piadosísima Madre que sus hijos
que expían sus culpas en el purgatorio, no consigan cuanto antes la vida eterna
por su intervención delante de Dios, en conformidad con el privilegio
sabatino".
En resumen: el privilegio sabatino consiste en que la Santísima
Virgen sacará del purgatorio cuanto antes, especialmente el sábado después de
su muerte, a quienes hayan muerto con el Escapulario y durante su vida hayan
guardado castidad según su estado y rezado todos los días el oficio parvo.
(Este se puede sustituir por la Liturgia de las Horas o por la abstinencia de
carne los miércoles y sábados, o un sacerdote con facultad para ello, lo puede
conmutar por otra obra piadosa, v.gr. el rezo diario del Rosario). Si uno peca contra
la castidad o deja un día de hacer la obra prescrita, podrá recuperar el
privilegio al confesarse y cumplir la penitencia (de manera semejante a como se
recuperan los méritos perdidos por el pecado mortal, lo cual parece casi
excesiva generosidad de Dios, pero es doctrina católica).
La certeza de este privilegio más que histórica, como decíamos
del Escapulario, está fundada en la potestad de la Iglesia que así lo propone y
recomienda. Sería temerario y ofensivo para la Iglesia, cuya Cabeza es Cristo y
su alma vivificante el Espíritu Santo, creer que comete una equivocación
secular y universal en algo que pertenece a la doctrina y vida cristiana.
En 1950 recordaba Pío XII: "Ciertamente, la piadosa Madre
no dejará de hacer que los hijos que expían en el Purgatorio sus culpas,
alcancen lo antes posible la patria celestial por su intersección, según el
llamado privilegio sabatino, que la tradición nos ha trasmitido" con estas
palabras:
"Yo, su Madre de Gracia, bajaré el sábado después de su
muerte y a cuantos - religiosos, terciarios y cofrades - hallaré en el
Purgatorio los liberaré y los llevaré al monte santo de vida eterna".
Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios
y por el gran amor y privilegiada asistencia, que ha manifestado a través de
los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes visten devotamente su
escapulario, es lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta
piadosa devoción de vestir su escapulario.
Sobre todo por su rico simbolismo: ser hijo de María, ver en él
todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la
Madre Amable. Por Morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente.
- Por
que saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él.
- Por
llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún
más alla". En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la
muerte salvo, con sus credenciales.
- Por
los innumerables prodigios que ha obrado.
- Por
las relaciones con sus apariciones mas recientes en Lourdes y Fátima.
Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este
escapulario.
He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que
visten el escapulario.
A).- Indulgencias plenarias.-
1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la
Tercera Orden o Cofradía.
2. En estas fiestas:
a) Virgen del Carmen (16 de Julio o cuando se celebre);
b) San Simón Stock (16 de mayo);
c) San Elías Profeta (20 de Julio);
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre),
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre);
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre);
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).
b) San Simón Stock (16 de mayo);
c) San Elías Profeta (20 de Julio);
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre),
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre);
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre);
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).
B).- Indulgencias Plenaria el día del Carmen.- El día del
Carmen, 16 de Julio, o en la fecha que exactamente se celebre, tiene concebida
una indulgencia plenaria.
C).- Indulgencia parcial.- Se gana indulgencia parcial por usar
piadosamente el santo escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por
cualquier otro acto de afecto y devoción. Y sólo al escapulario, sino también a
la medalla-escapulario.
8.- Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI -que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen- casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.
El escapulario de la Virgen
del Carmen
1. ¿Qué es?
El escapulario del Carmen es el signo externo de devoción
mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María por la
inscripción en la Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón.
El escapulario del Carmen es un sacramental, es decir, según el
Concilio Vaticano II, "un signo sagrado según el modelo de los sacramentos,
por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se
obtienen por la intercesión de la Iglesia". (S.C.60).
A finales del siglo XII o principio del XIII nacía en el monte
Carmelo, de Palestina, la Orden de los Carmelitas. Pronto se vieron obligados a
emigrar a Occidente. En Europa, tampoco fueron muy bien recibidos por todos.
Por ello el Superior General de la Orden, San Simón Stock, suplicaba
con insistencia la ayuda de la Santísima Virgen con esta oración:
Flos Carmeli
Vitis Florigera Splendor coeli Virgo puerpera Singularis y singular Mater mitis Sed viri nescia Carmelitis Sto. Propitia Stella maris |
Flor del Carmelo
viña florida esplendor del Cielo Virgen fecunda ¡Oh madre tierna! intacta de hombre a los carmelitas proteja tu nombre (da privilegios) Estrella del mar. |
En 1251, la Bienaventurada Virgen María, acompañada de una
multitud de ángeles, se apareció a San Simón Stock, General de los Carmelitas,
con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: "Tú y todos los
Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego
eterno"; es decir, quien muera con él, se salvará.
Este relato lo encontramos ya en un santoral de fines del siglo
XIV, que sin duda lo toma de códices más antiguos. En el mismo siglo XIII
Guillermo de Sandwich O.C. menciona en su "Crónica", la aparición de
la Virgen a San Simón Stock prometiéndole la ayuda del Papa.
La promesa del escapulario es de tal trascendencia, que
precisamente por ello suscitó fuerte oposición.
Al vestir el escapulario, y durante toda la vida, es muy
importante que sepamos apreciar su profundo y rico significado, como
pertenencia a una Orden, a la del Carmen, con obligación de vivir según su rica
espiritualidad y su propio carisma. Quien viste el escapulario debe procurar
tener siempre presente a la Santísima Virgen y tratar de copiar sus virtudes,
su vida y obrar como Ella, María, obró, según sus palabras: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".
El escapulario del Carmen es un MEMORIAL de todas las virtudes
de María. Así lo recordaba a todos: religiosos, terciarios, cofrades. "Que
forman, por un especial vínculo de amor, una misma familia de la Santísima
Madre", el Papa Pío XII, el 11.2.1950.
Reconozcan en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y
castidad.
- Vean,
en la forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor.
- Vean,
sobre todo, en esta librea que visten ida y noche, significada, con
simbolismo elocuente, la oración con la cual invocan el auxilio divino.
- Reconozcan,
por fin, en ella su consagración al Sacratismo Corazón de la Virgen
Inmaculada, s recientemente recomendada".
Cada escapulario tiene sus privilegios o gracias particulares,
pero todos pueden sustituirse por la medalla-escapulario (cfr. Decreto de
16-XII-1910). Sería falta de fe en la autoridad suprema del Vicario de Cristo
que confiere a esta medalla tal privilegio, creer que vale menos, para ganar
las promesas, llevar la medalla que los trozos de paño (aunque en determinados
casos, por otras razones externas de mayor visibilidad, etc., puede ser
preferible el escapulario de paño).
La medalla-escapulario debe tener por una parte la imagen de
Jesús con el Corazón, y por la otra una imagen de la Virgen bajo cualquier
advocación. Lo mismo que los escapularios ha de estar bendecida por un
sacerdote.
Es doctrina católica, repetida por el Concilio Vaticano II:
"El conjunto de los fieles, porque tiene la unción del Espíritu Santo
(cfr. 1 Jn. 2, 20-27) no puede equivocarse cuando cree, y esta peculiar
propiedad suya la manifiesta por el sentido sobrenatural de fe de todo el
pueblo cuando, desde los Obispos hasta los últimos fieles, presta su
consentimiento universal en lo referente a la fe y costumbres. Con este sentido
de fe... y bajo la guía del sagrado Magisterio... se adhiere infaliblemente a
ella, con certero juicio la penetra más profundamente y la aplica más
plenamente a la vida" (L.G. 12).
Esta precisa y espléndida formulación conciliar no puede ser más
explícita. Y es que la misma prerrogativa de infalibilidad concedida por Jesús
a su Vicario mediante la asistencia del Espíritu Santo, tiene precisamente como
finalidad que el conjunto del Pueblo de Dios, su Iglesia y Cuerpo místico, no
se equivoque, por ejemplo, con una devoción aceptada por todos.
En consecuencia: Si la promesa del Escapulario aplicada a todos
los fieles (proceda de la visión de San Simón Stock o de donde sea) no fuese
verdadera, el Espíritu Santo no hubiera permitido que la Iglesia, el conjunto
del Pueblo de Dios, la tuviese por cierta. Para muchos la prueba es
irrefutable, ni para ello es necesaria una definición del Magisterio Supremo.
Aunque sí hubo controversias y fueron dirimidas por la Santa Sede
5.- Privilegio sabatino
El Escapulario del Carmen además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino.
El Escapulario del Carmen además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino.
Según la tradición, a la muerte de Clemente V (1314), en el
cónclave que duró dos años y tres meses, la Santísima Virgen se apareció al
Cardenal Jaime Duesa, muy devoto de ella, y le anunció que sería Papa con el
nombre de Juan XXII, y añadió: "Quiero que anuncies a los Carmelitas y a
sus Cofrades: los que lleven puesto el Escapulario, guarden castidad conforme
con su estado, y recen el oficio divino, - o los que no sepan leer se abstengan
de comer carne los miércoles y sábados -, si van al purgatorio Yo haré que
cuanto antes, especialmente el sábado siguiente a su muerte sean trasladadas
sus almas al cielo".
Se ha escrito mucho sobre la "Bula sabatina", que en
ese sentido publicó Juan XXII, pero no hay suficientes pruebas documentales de
ella. Sin embargo en el siglo XV es muy citada, por ejemplo por el seudopapa
Alejandro V (elegido por el Concilio de Pisa, después de haber éste destituido
a Gregorio XII y Benedicto XIII, para acabar con el cisma; pero es claro que
uno de ellos debía ser legítimo, y un concilio no puede destituirle, sin
embargo algunos, como San Roberto Belarmino, consideran a Alejandro V Papa
verdadero, y el próximo Alejandro se tituló VI); aunque su bula de 7-07-1409
confirmando el Escapulario no tenga valor magisterial, es interesante su
testimonio de que conocía la de Juan XXII. Esta también fue citada por Sixto IV
(1-04-1477), Clemente VII (1530) y San Pío V (1566) - quienes además citan y
confirman la de Alejandro V -; etc.
En las citas de la "Bula sabatina" por los diversos
autores, se encuentran diversas lecturas de ella (lo que prueba que no dependen
de un solo documento inmediato). Por ejemplo, algunos en vez de ser
"sábado" cuando la Virgen socorre a los cofrades del purgatorio leen
"súbito" (cuanto antes), lo que parece una errata de transcripción,
aunque así ha pasado a la liturgia y a las encíclicas de Pío XII.
El privilegio sabatino fue muy impugnado, no histórica, sino
teológicamente, llegando el Inquisidor General de Portugal, en 1609, a prohibir
a los Carmelitas el predicarlo. Estos apelaron al Romano Pontífice, quien
confió la causa al Santo Oficio, y por fin, en 1613 dio un decreto renovado literalmente
por Inocencio XI (1678), San Pío X (1908) y Pío XI (1922). En él se estableció:
se permite a los PP. Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede creer...
(sigue lo dicho antes).
Pío XII en su citada Carta Magna del Escapulario del Carmen de
1950, enseña: "A la verdad, no dejará la piadosísima Madre que sus hijos
que expían sus culpas en el purgatorio, no consigan cuanto antes la vida eterna
por su intervención delante de Dios, en conformidad con el privilegio
sabatino".
En resumen: el privilegio sabatino consiste en que la Santísima
Virgen sacará del purgatorio cuanto antes, especialmente el sábado después de
su muerte, a quienes hayan muerto con el Escapulario y durante su vida hayan
guardado castidad según su estado y rezado todos los días el oficio parvo.
(Este se puede sustituir por la Liturgia de las Horas o por la abstinencia de
carne los miércoles y sábados, o un sacerdote con facultad para ello, lo puede
conmutar por otra obra piadosa, v.gr. el rezo diario del Rosario). Si uno peca contra
la castidad o deja un día de hacer la obra prescrita, podrá recuperar el
privilegio al confesarse y cumplir la penitencia (de manera semejante a como se
recuperan los méritos perdidos por el pecado mortal, lo cual parece casi
excesiva generosidad de Dios, pero es doctrina católica).
La certeza de este privilegio más que histórica, como decíamos
del Escapulario, está fundada en la potestad de la Iglesia que así lo propone y
recomienda. Sería temerario y ofensivo para la Iglesia, cuya Cabeza es Cristo y
su alma vivificante el Espíritu Santo, creer que comete una equivocación
secular y universal en algo que pertenece a la doctrina y vida cristiana.
En 1950 recordaba Pío XII: "Ciertamente, la piadosa Madre
no dejará de hacer que los hijos que expían en el Purgatorio sus culpas,
alcancen lo antes posible la patria celestial por su intersección, según el
llamado privilegio sabatino, que la tradición nos ha trasmitido" con estas
palabras:
"Yo, su Madre de Gracia, bajaré el sábado después de su
muerte y a cuantos - religiosos, terciarios y cofrades - hallaré en el
Purgatorio los liberaré y los llevaré al monte santo de vida eterna".
6.- Protección maternal
Por su profundo simbolismo mariano, por los grandes privilegios
y por el gran amor y privilegiada asistencia, que ha manifestado a través de
los siglos la Santísima Virgen del Carmen a quienes visten devotamente su
escapulario, es lo que tan prodigiosamente se ha extendido por doquier esta
piadosa devoción de vestir su escapulario.
Sobre todo por su rico simbolismo: ser hijo de María, ver en él
todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la
Madre Amable. Por Morir en gracia de Dios, quien lo vista piadosamente.
- Por
que saldrá del Purgatorio cuanto antes quien muera devotamente con él.
- Por
llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la muerte y aún
más alla". En la vida protejo; en la muerte ayudo, después de la
muerte salvo, con sus credenciales.
- Por
los innumerables prodigios que ha obrado.
- Por
las relaciones con sus apariciones mas recientes en Lourdes y Fátima.
Por las muchas indulgencias que disfrutan quienes visten este
escapulario.
He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que
visten el escapulario.
A).- Indulgencias plenarias.-
1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la
Tercera Orden o Cofradía.
2. En estas fiestas:
a) Virgen del Carmen (16 de Julio o cuando se celebre);
b) San Simón Stock (16 de mayo);
c) San Elías Profeta (20 de Julio);
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre),
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre);
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre);
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).
b) San Simón Stock (16 de mayo);
c) San Elías Profeta (20 de Julio);
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre),
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre);
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre);
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).
B).- Indulgencias Plenaria el día del Carmen.- El día del
Carmen, 16 de Julio, o en la fecha que exactamente se celebre, tiene concebida
una indulgencia plenaria.
C).- Indulgencia parcial.- Se gana indulgencia parcial por usar
piadosamente el santo escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por
cualquier otro acto de afecto y devoción. Y sólo al escapulario, sino también a
la medalla-escapulario.
8.- Recomendación pontificia
Desde el siglo XVI -que es cuando se extiende por toda la cristiandad el uso del escapulario del Carmen- casi todos los Papas lo han vestido y propagado. El Papa Juan Pablo II, que es terciario carmelita, ha recordado en diversas ocasiones que viste con devoción, desde niño, el escapulario del Carmen.