San Chárbel MAKHLOUF 1828-1898
Ermitaño del rito maronita y primer santo oriental canonizado por la Sede Apostólica desde el siglo XIII.
Gran amante de la
Eucaristía y de la Virgen Santísima. Ejemplo de vida consagrada y de ermitaño.
Dios ha querido manifestar
su gloria por medio de este humilde ermitaño. Gran cantidad de milagros
ocurren por su intercesión. Numerosas de sus imágenes milagrosamente exudan
aceite el cual se utiliza en la oración por los enfermos. Además de
ser bien conocido en el Medio Oriente y en toda la Iglesia, en América es,
particularmente venerado en México a partir de la inmigración maronita que
comenzó en el siglo XIX. Su devoción se propaga en la actualidad muy rápido por
el aumento de milagros. Parece que Dios desea utilizar este santo como signo de
su deseo de unificar el Oriente con el Occidente.
"Yo tomaré de lo más
escogido del Cedro, de lo alto de sus ramas y le plantaré sobre un monte
alto...Y dará fruto y llegará a ser un Noble Cedro" -Ezequiel
17:22-23
Breve historia
y Oración a San Chárbel
Nació en el pueblo
de Beqakafra, a 140km. del Líbano, capital libanesa, el 8 de mayo, de
1828. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, una
piadosa familia campesina. Fue bautizado a los ocho días en la Iglesia de Ntra.
Señora en su pueblo natal, recibiendo por nombre Yusef (José). A los tres años
el padre de Yusef fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los
egipcios y muere cuando regresaba a casa. Su madre cuida de la familia siendo
gran ejemplo de virtud y fe. Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo con un
hombre devoto quien eventualmente será ordenado sacerdote (en el rito maronita,
hombres casados son elegibles al sacerdocio).
Yusef ayudó a su
padrastro en el ministerio sacerdotal. Ya desde joven era ascético y de
profunda oración. Yusef estudió en la pequeña escuela parroquial del
pueblo. A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración.
Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los pastizales
para adentrarse en horas de oración. Por ello recibió muchas burlas de
otros jóvenes pastores. Dos de sus tíos maternos eran ermitaños pertenecientes
a la Orden Libanesa Maronita. Yusef acudía a ellos con frecuencia para aprender
sobre la vida religiosa y el monacato en especial.
Vocación
A los 20 años de edad,
Yusef es el sostén de su casa. Es el tiempo de contraer matrimonio pero el se
siente llamado a otra vida. Después de tres años de espera, escuchó la
voz del Señor: "Deja todo, ven y sígueme". Así, una mañana del
año 1851 se dirige al convento de Ntra. Señora de Mayfouq, donde fue recibido
como postulante. Al entrar en el noviciado renuncia a su nombre bautismal y
escoge como nombre de consagración: Chárbel.
Un tiempo más tarde lo
envían al Convento de Annaya, en donde profesó los votos perpetuos como monje
en 1853. Lo enviaron inmediatamente al Monasterio de San Cypriano de
Kfifen, donde realizó sus estudios de filosofía y teología, llevando una vida
ejemplar de obediencia y observancia. Fue ordenado sacerdote el 23 de
julio, de 1859 por Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de Paulo Massad. Al
poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus superiores. Ahí
pasó muchos años de vida ejemplar de oración y apostolado. Entre estos,
el cuidado de los enfermos, el pastoreo de almas y el trabajo manual en cosas
muy humildes.
Ermitaño
Chárbel recibió
autorización para la vida ermitaña el 13 de febrero, de 1875. Desde ese momento
hasta su muerte, ocurrida en la ermita de los Santos Pedro y Pablo, la víspera
de la Navidad del año 1898, se dedicó a la oración (rezaba 7 veces
al día la Liturgia de las Horas), la ascesis, la penitencia y el trabajo
manual. Comía una vez al día y llevaba silicio.
Muerte y milagros
El padre Chárbel alcanzó la celebridad después de su muerte. Dios quiso
señalar a este santo por numerosos prodigios: Su cuerpo se ha mantenido
incorrupto, sin la rigidez habitual, con la temperatura de una persona viva.
Suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El
pueblo lo veneraba como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores
prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su
veredicto.
En 1950, al pasarle un amito por la cara, quedó impresa en la prenda el
rostro de Cristo como en el Sudario de Turín.
Beatificación y Canonización
Dado al constante culto
del pueblo, el Padre Superior General Ignacio Dagher solicitó al Papa Pío XI en
1925, la apertura del proceso de beatificación del P. Chárbel. Fue
beatificado durante la clausura del Concilio Vaticano II, el 5 de diciembre, de
1965 por el Papa Pablo VI. El Papa dijo: "Un ermitaño de la montaña
libanesa está inscrito en el número de los Bienaventurados... Un nuevo miembro
de santidad monástica enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el
pueblo cristiano. Él puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las
comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del
ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios".
El 9 de octubre de 1977, durante el Sínodo Mundial
de Obispos, el Papa canonizó al P. Chárbel con la siguiente proclama: "En
honor de la Santa e Individua Trinidad, para la exaltación de la fe católica y
promoción de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo,
de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, después de madura
deliberación y tras implorar intensamente la ayuda divina... decretamos y definimos
que el beato Chárbel Majluf es SANTO, y lo inscribimos en el catálogo de los
santos, estableciendo que sea venerado como santo con piadosa devoción en toda
la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo."
Es el primer santo
oriental desde el siglo XIII.
Oración
Dios, infinitamente santo
y glorificado en medio de tus santos. Tú que inspiraste al santo monje y
ermitaño Chárbel para que viviese y muriese en perfecta unión con Jesús Cristo,
dándose la fuerza para renunciar al mundo y hacer triunfar desde su ermita, el
heroísmo de sus virtudes monásticas: pobreza, obediencia y santidad. Te
imploramos nos concedas la gracia de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.
Dios Todopoderoso, Tú que
has manifestado el poder de la intercesión de San Chárbel a través de sus
numerosos milagros y favores, concédenos la gracia que te imploramos por
su intercesión (....) Amén. (Padrenuestro, Ave María y Gloria).
CORONILLA DE SAN CHARBEL
La coronilla está compuesta de cinco grupos de cuentas: tres rojas,
una blanca y una azul. Cinco cuentas negras separan los grupos. Una medalla del
santo conecta la coronilla acompañada de una cuenta blanca.
Orden de Recitación.
Al inicio de la Coronilla, en la primera cuenta blanca se recita la
plegaria: "Al Padre de la verdad". Esta es la más bella y querida
plegaria de la Misa maronita. Es un poema de S. Jacobo de Sarug del siglo V.
Padre de la verdad, he aquí a tu Hijo, víctima agradable a ti.
Acéptalo, Padre, ya que ha muerto por mí. He aquí su Sangre derramada en el
Gólgota por mi salvación. Ella clama por
mi. Por sus méritos acepta mi oblación. Siendo tantos mis pecados mucho mas
grande es tu misericordia.
Cuando es puesta en una balanza, tu misericordia sobrepasa el peso
de los grandes montes, esos que solo tú conoces. Considera el pecado y
considera la propiciación; el sacrificio de la Víctima excede a las deudas. Tu
Amado Hijo sufrió los clavos y la lanza por mis pecados, por lo tanto con sus
sufrimientos satisface mi deuda y me da vida.
Gloria al Padre que envió a su Hijo por causa nuestra. Adoración al
Hijo que a todos redimió por su crucifixión. Alabanza al Espíritu por quien fue
consumado el misterio de nuestra salvación. Bendito sea quien nos vivificó, por
su Amor. ¡A Él sea la gloria!
En cada cuenta negra recitar un Padre Nuestro.
Las cuentas rojas representan los votos de pobreza, de castidad y
de obediencia. Virtudes por las cuales los religiosos se unen a la pasión de
Cristo.
En el primer grupo de cuentas rojas recitar tres "Ave
Marías" en honor a la fidelidad de
S. Charbel a su voto de pobreza.
En el segundo grupo de cuentas rojas recitar las tres "Ave
María" en honor a la fidelidad de San Charbel a su voto de castidad.
En el tercer grupo de cuentas rojas recitar las tres "Ave
María" en honor a la fidelidad de San Charbel a su voto de obediencia.
Las cuentas blancas simbolizan la devoción de San Charbel a la Sagrada
Eucaristía. Oramos pidiendo que por su
intercesión, crezcamos en amor a Jesús Eucarístico.
Se rezan tres Ave Marías.
Las cuentas azules
simbolizan el amor y la devoción que San Charbel tenía a Nuestra. Santísima.
Madre. Que por su intercesión crezcamos en devoción a la Virgen.
Se rezan tres Ave Marías.
Concluir la coronilla, en la medalla de S. Chárbel, con la oración
para obtener gracias especiales.
Oración:
Dios infinitamente santo y glorificado en tus santos, Tú inspiraste
a San Chárbel a llevar una vida de unión perfecta con tu Hijo Jesucristo, según
el Evangelio, y a desprenderse del mundo viviendo con heroísmo las virtudes
monásticas: pobreza, obediencia y castidad, concédenos, te rogamos, la gracia
de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.
Señor Dios Todopoderoso, Tú que has manifestado el poder de la
intercesión de San Chárbel a través de sus numerosos milagros y favores, como
la conversión concédenos hoy la gracia que imploramos...................por su
poderosa intercesión. Amén.