Las Jaculatorias
Oraciones breves para
mejor mantenernos en la presencia de Dios a lo largo del día.
Muchas sirven como
exorcismos ó para alejar cualquier tipo de fuerza demoníaca.
Las jaculatorias son
oraciones breves, encendidas de amor y de cariño, que dirigimos al Señor, a la
Virgen Santísima y a los Santos, para mejor mantenernos en la presencia de Dios
a lo largo del día.
A JESUCRISTO
·
Jesús
manso y humilde de corazón, Hz mi corazón semejante al tuyo.
·
Sagrado
Corazón de Jesús, en Vos confío.
·
Sagrado
Corazón de Jesús, perdónanos y se nuestro Rey.
·
Corazón
de Jesús, que os ame y os haga amar.
·
Corazón
divino de Jesús, convierte a los pecadores, salva a los moribundos, libra a las
almas santas del purgatorio.
·
Dulce
corazón de mí Jesús, haz que te ame siempre más y más.
·
Sagrado
Corazón de Jesús, protege nuestras familias.
·
En
los cielos y en la tierra sea para siempre alabado, el corazón amoroso de Jesús
Sacramentado.
·
Sea
por siempre bendito y adorado Cristo, Nuestro Señor Sacramentado, Nuestro Rey
por los siglos de los siglos.
·
Alabemos
y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo
Sacramento.
·
Acordémonos
que estamos en la santa presencia de Dios, ¡Adorémosle!
·
¡Viva
Jesús en nuestros corazones! ¡por siempre!
·
¡Viva
Cristo Rey! ¡Viva!
·
Te
adoramos ¡oh Cristo!, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al
mundo.
·
Alabado
sea Jesucristo. Por los siglos de los siglos. Amén.
·
Buen
Jesús, amigo de los niños, bendecid a los niños de todo el mundo.
·
Buen
Jesús, me uno a ti de todo corazón.
·
Dad,
Señor, descanso eterno a las almas, y la luz perpetua luzca para ellas.
·
El
Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
·
Jesús,
manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al vuestro. Por ti,
Jesús, vivo; por ti, Jesús, muero; tuyo soy, Jesús, en vida y en muerte, amén.
·
Señor,
auméntanos la fe. Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo.
·
Creo,
Señor, pero ayuda mi incredulidad.
·
Jesús
Dios mío, os amo sobre todas las cosas.
·
Jesús,
mío, ten misericordia de mi. Tuyo soy, para Ti nací, ¿qué quieres Jesús de mí?
Al ESPÍRITU SANTO
Al ESPÍRITU SANTO
·
Espíritu
Santo fuente de luz, ¡ilumínanos!
·
Espíritu
Santo fuente de sabiduría, guíanos.
·
Espíritu
Santo fuente de amor, llénanos.
·
Espíritu
Santo, dulce huésped de mi alma, permaneced en mí, y que yo permanezca siempre
en ti.
·
Espíritu
Santo, dulce huésped de mi alma, permaneced en mí, y que yo permanezca siempre
en ti.
A JESÚS, JOSÉ Y MARÍA
·
Jesús,
José y María, os doy el corazón y el alma mía.
·
Jesús,
José y María, asistidme en mi última agonía.
·
Jesús,
José y María, en Vos descanse en paz el alma mía.
A LA VIRGEN MARÍA
·
Ave
María Purísima, sin pecado concebida.
·
Dulce
Corazón de María, sed la salvación del alma mía.
·
María,
Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos
gran Señora.
·
Santa
María de Guadalupe ruega por nosotros.
·
Santa
María del buen camino, haz que lleguemos sanos y salvos a nuestro destino.
·
Por
tu limpia concepción, ¡oh Soberana Princesa! una muy grande pureza te pedimos
de corazón.
·
Ruega
por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
·
Inmaculada
reina de la paz, ruega por nosotros.
·
Madre
de amor, de dolor y misericordia, ruega por nosotros. Oh María sin pecado
concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
·
Virgen,
Madre de Dios, María, rogad a Jesús por mi.
·
Corazón
dulcísimo de María, prepáranos un camino seguro.
·
Dulce
Corazón de María, sed la salvación mía.
·
Purísimo
Corazón de María, virgen santísima, alcánzanos de Jesús la pureza y la humildad
de corazón.
A SAN JOSÉ, LOS SANTOS, ÁNGELES Y VARIOS
·
Patriarca
San José, ruega por nosotros.
·
San
José mi padre y señor, enséñame a querer más cada día a Jesús y María.
·
Haced,
San José, que vivamos una vida inocente y esté siempre asegurada bajo vuestro
patrocinio.
·
Santos
y Mártires de Cristo Rey, rueguen por nosotros.
·
Santísima
Trinidad, un solo Dios; creo en ti; espero en ti, os amo y os adoro; ten piedad de mí, ahora y en la hora de mi
muerte, y salvadme.
·
Haced,
San José, que vivamos una vida inocente y esté siempre asegurada bajo vuestro
patrocinio.