Venerable Doctor José Gregorio Hernández
Nacimiento: 26 de Octubre 1864
Fallecimiento: 29 de Junio 1919
Infancia

A los trece años de edad, José Gregorio
manifestó a su padre su deseo de estudiar la carrera de derecho; sin embargo,
su padre le convenció para que estudiara medicina. Para ello tuvo que
trasladarse a la ciudad de Caracas para realizar el bachillerato.
Al llegar a la capital, inició sus estudios en el Colegio Villegas, uno de los
centros más prestigiosos de la época, dirigido a la sazón por Guillermo Tell
Villegas. Durante su estancia en este colegio, el joven José Gregorio entabló
amistad con el director y su esposa.
Estudios
El 28 de junio de 1888, Hernández
recibe el título de medicina en la Universidad Central de Venezuela;
luego de graduarse, el Gobierno de Venezuela le otorga una beca que le permite
viajar a París, con el objetivo de profundizar su conocimiento en áreas
más aplicadas de la medicina que, para entonces, no eran bien conocidas en el
país.
En noviembre de 1889 ya se encontraba
cursando estudios en el laboratorio de histología de Mathias Duval.
Durante dichos estudios, José Gregorio profundiza en las áreas de Microbiología,
Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología
Experimental, entre otras.
Terminados sus estudios en esa ciudad, solicita
permiso y se traslada aBerlín para estudiar histología y anatomía
patológica y seguir un nuevo curso de bacteriología.
Culminados sus estudios, Hernández regresa a
Venezuela a fin de ingresar como profesor en la Universidad Central de
Venezuela en Caracas; además, aprovecha para traer valiosos equipos médicos al
Hospital Vargas. A él se debe la introducción del microscopio en Venezuela.
Vida
profesional, hasta su muerte

Por otra parte, a Hernández se debe la
introducción del microscopio en Venezuela, del que además enseñó su
uso y manejo. También introdujo otros muchos instrumentos científicos que trajo
de Francia, como atestigua su
compañero, el doctor Augusto Pi Suñer.
El 14 de septiembre de 1909 es
nombrado profesor de la cátedra de Anatomía Patológica Práctica, la cual
funcionó anexa al Laboratorio del Hospital Vargas, y de la cual se encargó
hasta la creación de la cátedra de Anatomía Patológica de la Universidad
Central, con asiento en el Instituto Anatómico, y que fue regentada por el
doctor Felipe Guevara Rojas, en 1911. Por otra parte, fue el fundador de la
cátedra de Bacteriología, la primera de esta disciplina que se fundó en América,
y la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina (Elementos
de Bacteriología, 1906).
Es considerado el impulsor y pionero de la
verdadera docencia científica y pedagógica en Venezuela, basada en lecciones
explicativas, con observación de los fenómenos vitales, la experimentación
sistematizada, prácticas de vivisección y pruebas de laboratorio. También
coloreó y cultivó microbios e hizo conocer la teoría celular de
Virchow. Por otra parte, es destacada su faceta como fisiólogo y biólogo,
conociendo a fondo la física, la química y las matemáticas,
ciencias básicas y trípode fundamental sobre la que reposa toda la dinámica
animal.
Su labor docente fue interrumpida en dos
ocasiones. La primera, cuando decide hacerse religioso y entrar en el
monasterio de la orden de San Bruno en La Cartuja
de Farneta, a la cual llegó el 16 de julio de 1908, y de la que
regresó el 21 de abril de 1909, reincorporándose en mayo de ese mismo
año a sus actividades académicas en la Universidad. La segunda vez que
interrumpió sus actividades docentes fue a partir del 1 de octubre de 1912,
cuando el gobierno dictatorial del general Juan Vicente Gómez decreta
el cierre de la Universidad, ya que esta se había situado en contra de su
régimen. Sin embargo, restablece su actividad docente en enero de 1916,
tras la fundación de la Escuela de Medicina Oficial, que funcionó en el
Instituto Anatómico. Hubo otra corta interrupción, pero esta vez sin apartarse
del ámbito académico, ya que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva
York y Madrid para realizar estudios, quedando provisionalmente a
cargo de sus cátedras el doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad
docente el 30 de enero de 1918, hasta su muerte, atropellado por
un automóvil, el 29 de junio de 1919.
Fue enterrado en la Iglesia de la Virgen de la
Candelaria, en la Parroquia Candelaria en Caracas. Esta iglesia
fue fundada por canarios en honor a su patrona, la Virgen de
Candelaria. Precisamente por los lazos históricos que existen entre las Islas
Canarias y Venezuela, en este archipiélago español, existe una popular
veneración por José Gregorio Hernández, devoción que se ve acrecentada por la
gran colonia venezolana residente allí. Conviene recordar que el propio doctor
Hernández era de origen canario por parte de madre.
Su
obra
Vida
religiosa
![]() |
De la Tercera Orden Franciscana |
A pesar de no ocupar algún cargo dentro del
clero de la Iglesia católica, José Gregorio era un ferviente creyente del catolicismo.
En 1907, decidió abocarse a la vida religiosa y, luego de discutir el caso
con el arzobispo de Caracas, monseñor Juan Bautista Castro, envía una
carta al prior de la Orden de San Bruno en La Cartuja de
Farneta. cerca de Lucca (Italia). Por su parte, monseñor Juan
Bautista Castro también envía una carta de recomendación al prior, en donde le
solicita la admisión de José Gregorio a la orden. En 1908, es admitido en
el monasterio de clausura, tomando el nombre de Hermano Marcelo. Sin embargo,
nueve meses después de su ingreso, enferma de tal manera que el Padre Superior
dispone su regreso a Venezuela para su recuperación.
Llega a Caracas en abril de 1909,
y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el Seminario Santa Rosa de
Lima, aunque durante mucho tiempo sigue anhelando la vida monacal.
Transcurridos tres años, decide intentarlo de nuevo y, esta vez, se embarca
para Roma con su hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en
el Pontificio Colegio Pio Latino Americano, pensando así prepararse para
el monasterio. Pero una vez más sus planes se vieron frustrados por la
enfermedad: una afección pulmonar que le forzó a retornar a Venezuela.
Perteneció a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela
(OFS), en la fraternidad de la Merced de Caracas, en la Iglesia Nuestra Señora
de la Merced de los Frailes Capuchinos, realizó su profesión como franciscano
seglar. De ahí se desprende esa sensibilidad y amor por los más necesitados,
vivió el carisma y la vida de San Francisco de Asís, reconociendo en el pobre a
la persona de Cristo sufriente, a quien sirvió a través de sus pacientes, dando
lo mejor de él sin importar altas horas de la noche o condiciones climáticas
adversas. Vivió el Evangelio como San Francisco de Asís y lo hizo suyo. Su
profesión en la OFS La merced la realizó el día 07 de diciembre de 1899 como
consta en el libro de actas de la fraternidad.
En proceso de Beatificación
Por sus acciones y su ejemplo de conducta
cristiana, los católicos venezolanos veneran a Hernández, pidiéndole favores y
atribuyéndole milagros, hecho por el cual la Iglesia católica venezolana inicia
en el año1949 el proceso de beatificación y canonización,
conducido por el arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo
Castillo ante el Vaticano. Luego de iniciar el proceso, y completados
los primeros casos, el Dr. José Gregorio Hernández es nombrado “venerable” por
el papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986 y se
inicia el próximo paso, que lo llevaría a la beatificación. De completarse el
proceso, se convertiría en el primer santo de procedencia venezolana.
A los obispos auxiliares, los presbíteros y
diáconos, los religiosos y religiosas y a todo el pueblo fiel que peregrina en
Caracas:
El Dr. José Gregorio Hernández es, sin lugar a dudas, la figura más resaltante del siglo XX venezolano. Científico notable y cristiano ejemplar, el Dr. Hernández supo combinar su actividad de médico, docente e investigador con la más profunda caridad y actitud de servicio a todos, especialmente a los más pobres.
Su vida fue un testimonio evidente de santidad,
a tal punto, que cuando la perdió en un trágico accidente, el 29 de junio de
1919, el pueblo caraqueño exclamó espontáneamente: ¡Ha muerto un santo!
Esta fama de santidad se propagó después de su
muerte. Por eso el Arzobispado de Caracas inició la Causa de Beatificación y
Canonización en 1948