María de San José

Beata

Vida y obra de la Madre María de san José

Laura Evangelista Alvarado Cardozo, la Madre María de San José. 
Hija de Clemente Alvarado y Margarita Cardozo, nació en Choroní, Estado Aragua, Venezuela, el 25 de Abril de 1875.



Desde su infancia llevó una vida cristiana ejemplar dedicada a Dios y al servicio de los más necesitados. Los estudios primarios los inició en su pueblo natal y los culminó en Maracay. Desde muy temprana edad se dedicó a la enseñanza y la preparación de los niños que recibían la primera comunión. En noviembre de 1893, al ser fundado el hospital San José por el presbítero Vicente López Aveledo, párroco de Maracay, se dedicó al cuidado de los enfermos como hermana hospitalaria y junto con otras jóvenes de igual vocación, el 22 de enero de 1901 fue consagrada como hermana hospitalaria agustina, adoptando el nombre de Sor María de San José.

 Junto a su director espiritual, el padre Vicente López Aveledo y cuatro laicas, funda con aprobación papa de San Pío X, la Congregación "Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús", siendo ella su primera Superiora General dicha congregación, tiene el objetivo de ayudar a las niñas abandonadas, y ancianos pobres.


Muchas fueron las obras que Junto con las hermanas de su congregación, María de San José atendió además del hospital de San José, otros establecimientos similares como el hospital de San Vicente Paúl, de La Victoria, fundado en mayo de 1902, el asilo La Inmaculada Concepción de Maracay, fundado en febrero de 1905, el hospital Santa Ana, de Coro (1909), el hospital Mercedes, de Calabozo (1910), el asilo San José de Barquisimeto (1918) y otros hospitales, albergues para ancianos, orfelinatos, escuelas y colegios de Los Teques, San Felipe, Caracas, Tinaquillo, Coro, Maracaibo, Valencia, Nirgua, Puerto Cabello, durante las décadas siguientes. Después de una fructífera vida de sacrificio, caridad y ferviente amor por la Eucaristía en la que encontró el carisma distintivo de su espiritualidad. Pasaba largas horas del día y de la noche ante el sagrario. 

Muere santamente la Madre María en Maracay el 2 de Abril de 1967, a los 92 años de edad.

Proceso de beatificación
Proceso de beatificación de la Madre María de San José, se inicia con la determinación del capítulo general de la Congregación de Hermanas Agustinas Recoletas por ella fundada, reunido en Los Teques en agosto de 1978 y asesorado por el padre Eugenio Ayape, ex-general de los Agustinos Recoletos residente en España, quien acepta gustoso el voto unánime del capítulo para ser el promotor de la Causa de la Madre María, a quien conoció personalmente. Por su parte, la Congregación de Agustinas trabajó intensamente en Venezuela. Luego del "nihil obstat" de la Santa sede, con fecha 10 de junio de 1983, se inició oficialmente el proceso diocesano en Maracay el 9 de octubre de 19983, ocasión en que fue declarada SIERVA DE DIOS en celebración presidida por el obispo de la diócesis, Feliciano González A. Dicho proceso quedó clausurado en 13 de Junio de 1986 en la misma catedral de Maracay; acto presidido por el Arzobispo de Valencia, estado Carabobo, Luis Eduardo Henríquez, quien entregó al postulador, padre Romualdo Rodrigo, O.A.R., toda la documentación referente a la Sierva de Dios, la cual habría de ser severamente estudiada por expertos en el Vaticano.

Promulgación Del Decreto Sobre la Heroicidad de las Virtudes
Rigurosamente estudiada por Consultores Teólogos, Cardenales y Obispos en 1991 con positivos resultados, y calificada su Causa "de alto valor eclesial", el santo padre Juan Pablo II promulgó el Decreto sobre la heroicidad de las virtudes el 7 de marzo de 1992, por el cual la Madre María recibe el título de Venerable.


Venezuela entera se regocija y sus hijas Agustinas celebran este nuevo paso hacia su glorificación con solemne eucaristía en la catedral de Maracay, el 2 de abril de 1992, presidida por el Sr. obispo de la diócesis, José Vicente Henríquez Andueza, acompañado del Sr. obispo de Los Teques, Pío Bello Ricardo, el padre Ángel Morrás, Vicario general de los Agustinos Recoletos y un nutrido grupo de sacerdotes, agustinos recoletos y amigos.




Beatificación de Madre María de San José.

7 Mayo: Solemne ceremonia de Beatificación. En la Plaza 

San Pedro del Vaticano. Roma

La plaza San Pedro de El Vaticano rebosaba de peregrinos, destacándose la presencia masiva de los venezolanos y en especial la nutrida representación aragüeña. A las 10 de la mañana comenzaba la misa presidida por el papa Juan Pablo II con asistencia de los cardenales, de los Arzobispos y Obispos de Venezuela, del señor presidente de la república, Dr. Rafael Caldera y su señora esposa, del gobernador del estado Aragua, Sr. Carlos Tablante y su señora esposa, de la Rvda. Madre Ligia Díaz R., Superiora General de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y buena representación de las religiosas de esta congregación, de los sacerdotes Agustinos Recoletos y de los invitados especiales.

Solemne fue el momento cuando Monseñor José Vicente Henríquez, Obispo de Maracay, pidió al Santo Padre, con clara e inteligible voz concediera la beatificación a la Madre María de San José, a lo cual respondió favorablemente el Papa, proclamando beata a la Madre María de San José, descubriéndose en ese instante, el ventana de la basílica de San Pedro, el cuadro con la imagen de la nueva beata, en lo que fue saludado con un caluroso y prolongado aplauso.

 Luego continuó la misa y en su homilía el Santo Padre destacó la vida de santidad de la beata María de San José, la observancia de las virtudes en grado heroico y su donación personal al servicio de los pobres y más necesitados en la congregación de Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, fundada por ella y el Padre Vicente López Aveledo.


La magnífica participación de los Niños Cantores de Aragua fue la hermosa ofrenda de la aragueñidad en aquella solemnísima celebración.


Queda el recuerdo, y también el compromiso de procurar imitar los ejemplos de la Madre María: su fe inquebrantable, su completo abandono y fiel observancia de la voluntad de Dios; su insaciable amor a Cristo a quien se compadecía de ver en los cristos pasibles, los pobres y más necesitados: enfermos, ancianas, niñas huérfanas o abandonadas, y todo aquel que se acercaba a ella en solicitud de consuelo, de orientación o del consejo para sus problemas personales. Y todo lo puedo realizar por ser un alma eucarística. 
Jesús Sacramentado fue su fortaleza, la Pasión de Cristo su enseñanza del amor su solicitud para servir.


Incorrupta

Queda de nuestra parte también elevar oraciones por la pronta canonización de la Beata Madre María de San José e interceda por Venezuela y de manera especial por su estado Aragua, tierra Fértil.

Mensajes de su vida

= "Quiero se santa, pero santa de verdad".
= "Siempre estoy muy bien, con mil penas y amarguras, pero ¡adelante! Como Dios sea glorificado, nada me importa".
= "No es sufrir lo que tiene mérito, sino saber sufrir"
= "Soy hija de la santa Iglesia, y estoy dispuesta a dar mi vida por defenderla".
= "Gracias, Jesús de mi alma, por mi santa vocación, gracias mil, pues desde mis tiernos años, tu gracia me ha acompañado".
= "¡Adelante, Jesús mío!. El ideal que persigo eres tú y sólo tú. Nada me arredra".
= "El orgullo no nos deja seguir las inclinaciones que el divino Espíritu desea. Es necesario orar siempre".
= "Ojalá todos los papas, cardenales, obispos y sacerdotes encendieran el mundo de amor de la adorable Hostia".
= "Bien lo sabes, Amado de mi alma, que mi vida eres tú y que tu Cuerpo adorable es todo para mí".
= "Hay que apartar todo cuanto nos separa de Dios. Que nuestro corazón sea de Él, sólo y sólo de Él".
= "El amor de Jesucristo embargue todo su ánimo y ocupe todo su corazón... Cuando el amor de Jesús, y de Jesús sacramentado, ocupe todo nuestro corazón, entonces experimentaremos felicidad completa y tranquilidad en el alma".
= "Sin sacerdote no hay Eucaristía: !Qué amargura siente el alma cuando en los pueblos falta el Alma de las almas".
= "No estoy cansada ni agotada, mi espíritu lo siento como en mis 17 años".
= "Dios mío, ¡qué grande es el valor de un alma! ¡Cómo quisiera evitar la pérdida de tantos que te ofenden!".
= "Trabajemos y pidamos la fidelidad hasta el último suspiro".