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Sierva de Dios Hermana María Martha Chambon


El Apóstol de las Santas Llagas de Nuestro Señor Jesucristo


(6 de marzo 1841, Croix-Rouge (Chambéry)- 21 de marzo 1907 , Chambéry)

La Orden de la Visitación , que ya había recibido de Dios el privilegio de acoger en sus claustros a santa Margarita Alacoque, confidente del Corazón de Jesús, tuvo también la gracia de contar entre sus hijas a Sor María Martha Chambón, para continuar la buena simiente ya esparcida.

Ésta recibió de Dios la misión de difundir la devoción a las santas Llagas, cómo fuente de bendición y de beneficio espiritual por los méritos de la Pasión del Señor, a través de la entrega de sí misma al sacrificio y a los dolores de Cristo.

En su existencia, las santas Llagas fueron el sostén y el pensamiento constante que la penetraron en todo momento, en su misma experiencia, en su vida espiritual, en el mensaje y en su vida comunitaria.

Francisca Chambon nació de una modesta pero cristiana familia de agricultores, en la aldea de la Cruz Roja, cerca de Chambery, Francia, el 24 de Mayo de 1854.

El mismo día recibió el santo Bautismo en la iglesia parroquial de San Pedro de Lemenc.
Quiso nuestro Señor revelarse desde temprano a esta alma inocente, Apenas tenía Francisca nueve años, cuando habiéndola llevado su tía un Viernes Santo a la adoración de la Cruz, Cristo se presentó a sus miradas desgarrado, ensangrentado como en el Calvario. “Oh, en qué estado estaba”… dirá ella más tarde, Esta fue una primera revelación de la Pasión del Salvador que debía ocupar tanto lugar en su existencia. Pero la aurora de su vida aparece favorecida sobre todo por las visitas de Jesús Niño.

El día de su Primera Comunión, vino a ella visiblemente; y desde entonces, en cada una de sus comuniones, hasta su muerte, siempre verá al Niño Jesús en la santa Hostia.

Llega a ser el inseparable Compañero de su juventud; la sigue en el trabajo, a los campos, conversa con ella durante el camino: “Estábamos siempre juntos…qué feliz era yo, tenía el Paraíso dentro del corazón” decía hacia el final de su vida hablando de esos lejanos, y dulces recuerdos.

Cuando la Visitación de Santa maría de Chambery le abrió sus puertas, Francisca tenía diez y ocho años. Dos años más tarde, en la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, el 2 de agosto de 1864, pronunció los santos votos y comenzó a contarse- bajo el nombre de Sor María Marta- en el número de las religiosas de velo blanco.

“Jesús mío perdón y misericordia por los méritos de vuestras Santas Llagas. Padre Eterno, yo os ofrezco las llagas de nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras almas.”

Gustaba de repetir estas invocaciones que, estando aun ella viva, la Comunidad adoptó a ejemplo suyo. En el ofrecimiento de las Santas Llagas estaba concentrado todo su apostolado a favor de las Santa Iglesia, de los pecadores, de las almas del Purgatorio, etc. Después de su muerte, estas invocaciones que le fueron tan queridas, se propagaron en el mundo entero de una manera muy rápida, y numerosos favores espirituales y temporales, se han obtenido por este medio.

Las santas Llagas de Nuestro Señor son la llave del Paraíso, siempre se abre con estas divinas Llagas y para quien sea. Es una moneda a la cual nada puede rehusar el Eterno Padre. Acepta la súplica como venida de Nuestro Señor. Ofrecer al Eterno Padre las llagas de su Divino Hijo, es ofrecerle su Gloria, es ofrecer el Cielo al Cielo. Las Llagas de Jesús son los tesoros del cielo y de la tierra. Cuando ofrecemos el mérito de las Santas Llagas por todas las creaturas, Dios derrama sus méritos sobre cada una. En el Crucifijo está todo, todos tienen allí con qué saciarse, hay para todas las almas. La ciencia del amor de Dios, se da al alma que mira al crucificado y le habla de corazón a Corazón.
La Santísima Virgen vino también a confirmar en su camino a la joven hermana en un día de la Visitación, acompañada de los Santos Fundadores y de Nuestra Santa Hermana Margarita María: “Yo doy mi Fruto a la Visitación, como lo llevé a mi prima Isabel -le dijo con bondad. Tu Santo Fundador reprodujo los trabajos, la mansedumbre y la humildad de mi Hijo; tu Santa Madre Juana Francisca mi generosidad, al superar todos los obstáculos para unirse a Jesús y hacer su santa Voluntad; tu bienaventurada hermana Margarita María recibió al Sagrado Corazón de mi Hijo para darlo al mundo…Y a ti hija mía, se te elige para detener la justicia de Dios haciendo valer los méritos de la Pasión y de las Santas Llagas de mi Unigénito y muy amado Hijo Jesús.”
En 1922 la Autoridad eclesiástica comenzó a publicar la vida de la Sierva de Dios y el mensaje de las Santas Llagas.
“Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de tus santas Llagas.”


En los primeros años no había ningún indicio de dones extraordinarios, pero fue creciendo en ella un recogimiento especial y una sed que siente de Dios.




A partir de 1866 María Marta es agraciada con visitas divinas frecuentes.
Recibió notables visiones y mensajes de Jesucristo, Dios Padre, Nuestra Señora y diversos Santos.
El crucificado se le presenta casi a diario ofreciéndole sus divinas llagas resplandecientes, y ensangrentadas a veces, pidiéndole que se asocie a su pasión.
Pero nada exteriormente mostraba las gracias maravillosas que les fueron dadas a María Marta.

Salvo por la gran cantidad de horas y la hermana María Marta pasaba de pie frente al Santísimo Sacramento inmóvil y en éxtasis.
las noches que pasa tendida en el suelo en su celda, además del silicio y la corona de espinas que usaba en privado.

Lo más notable exteriormente fueron los tres días de éxtasis que tuvo en septiembre de 1867, cómo le había anunciado Nuestro Señor.

Permaneció tendida y móvil en su cama, sin hablar y sin tomar alimento.
En esos tres días bajó la Santísima Trinidad y Dios Padre le dio a Jesús en una hostia para comulgar diciéndole,
“Yo te doy Aquel que tan a menudo tú me ofreces”.
Y luego partió del Padre un rayo como de fuego que entró en ella y le dijo,
“¡Está ahí dentro la luz, el sufrimiento y el amor!…
El amor será para Mí; la luz, para descubrir mi voluntad.
El sufrimiento, en fin, para sufrir de momento en momento como Yo quiero que sufras tú.”
Falleció el 21 de marzo de 1907 a la edad de 66 años y se abrió la causa de su beatificación en 1937.


DIVERSAS VISIONES
Tuvo su primera visión el viernes santo de 1850, a los 9 años, mientras estaba en misa con su tía, cuándo vio a Jesús en la cruz cubierto de sangre y con muchas heridas.
Más adelante ese mismo año recibió la primera comunión y se le apareció Jesús nuevamente diciéndole,
“Hija Mía, así será cada vez que vayas a la Sagrada Comunión”.

Desde ese momento y hasta su muerte, ella verá al Niño Jesús en la hostia de cada comunión.
A partir de allí Jesús le pedirá que contemple sus Santas Llagas, le enseñara oraciones y devociones, y luego le dará la misión.
También tendrá visiones de la Sagrada Familia que comunica a su superiora diciéndole,
“¡Madre mía, regreso del Paraíso! No puedo decir lo que vi!
Solo puedo decir que me postré frente a la Sagrada Familia y le dije a San José: Mi buen padre, te agradezco que mientras estuviste en la tierra, cuidaste de mi dulce Madre María”.
Además previó la muerte del Papa Pío Nono, y éste se le apareció para agradecerle sus oraciones, porque le habían ayudado a entrar al cielo.
También tuvo una visión de la muerte de su hermana de 25 años y su hermano se le apareció para decirle que estaba en el cielo.
Pero lo más notable de la vida de la hermana María Marta fue la misión que le encomendaron.



LA “MISIÓN”
La confirmación de la misión sucedió cuando la Santísima Virgen se le apareció con Santa Margarita María y los fundadores de la orden, y la Virgen le dijo,
"Yo doy mi Fruto a la Visitación, como se lo he dado a mi prima Isabel…
Tu bienaventurada Hermana Margarita María ha reproducido al Sagrado Corazón de mi Hijo para darle al mundo…
¡Tú, hija mía, eres la escogida para detener la justicia de Dios, haciendo valer los méritos de la Pasión y de las Santas Llagas de mi único y muy amado Hijo Jesús!…”

Y la invitó a no inquietarse y hacer día a día lo que Jesús le iba pidiendo.
En los siguientes días se le aparecen diversas figuras de la congregación para reafirmar su misión.

En una de esas visitas de San Francisco de Sales, su fundador, ella relata el siguiente diálogo,
Ella le dijo,
“Padre mío, ya sabéis que nuestras Hermanas no tienen ninguna confianza en mis afirmaciones, porque soy muy imperfecta.”
Y San Francisco de Sales le respondió
“Hija mía, las miras de Dios no son las de la criatura; la criatura juzga según las miras humanas.
Dios da sus gracias a una miserable que nada tiene, a fin de que todas se refieran a Él.
Debes estar muy contenta de las imperfecciones que tienes, porque ocultan los dones de Dios.
Dios te ha escogido para completar la devoción al Sagrado Corazón.
¡El Corazón ha sido mostrado a mi hija Margarita María y las Santas Llagas a mi pequeña María Marta!…¨
Y también la Santísima Virgen le fue revelando de a poco ciertos aspectos de su misión.
“Si queréis riquezas, id a sacarlas en las Santas Llagas de mi Hijo…

Todas las luces del Espíritu Santo brotan de las Llagas de Jesús; pero estos dones los recibiréis en proporción de vuestra humildad…¨
“Es necesario que tú, hija mía, apliques las Llagas de mi Hijo sobre los malos, para convertirlos.”
Instrucciones que también tuvieron la contribución de 


Dios Padre, quién le dijo,
“Hija mía: Yo te doy a mi Hijo para que te ayude durante todo el día, a fin de que puedas pagar lo que por todos debes a mi justicia.
De las Llagas de Jesús tomarás constantemente con que pagar las deudas de los pecadores.”


LA EXPLICACIÓN DE JESÚS SOBRE LA MISIÓN
Jesús permanentemente asistió a la hermana María Marta en el desarrollo de su misión, y aquí están varios mensajes que Él le dio.
“Hija mía: cada vez que ofrecéis a mi Padre los méritos de mis Divinas Llagas, ganáis una inmensa fortuna.
Sois semejantes a aquel que encontrara en la Tierra un gran tesoro; pero como vosotras no podéis conservar esta fortuna, Dios la vuelve a tomar… en el momento de la muerte y aplicar sus méritos a las almas que las necesitan.
Debéis hacer valer la fortuna de mis santas Llagas.
¡No hay que quedarse pobres, porque vuestro Padre es muy rico! … ¿Vuestra riqueza? … ¡Es mi santa Pasión!¨


“¡El que está necesitado, que venga con fe y confianza, que saque constantemente del tesoro de mi Pasión y de los agujeros de mis Llagas!
¡Este tesoro os pertenece!… ¡Todo está ahí!, ¡todo, excepto el infierno!¨

De esta forma Jesús le insta a confiar todo a las Divinas Llagas y trabajar en la salvación de las almas por los méritos de las mismas llagas.
Pide que se haga con humildad,
“Cuando se hicieron mis Santas Llagas, hubo en ello vanidad para el hombre, que creía que acabarían.

Pero no, serán eternas, y eternamente serán vistas por todas las criaturas.
Te digo esto para que no las mires por rutina, sino que las veneres con grande humildad¨.
E incluso pide la humillación para cosechar almas, porque ellas son el camino sencillo y fácil para ir al cielo.

En concreto usa la imagen de los serafines que están rodeando el altar durante la misa, y admiran y adoran la santidad de Dios.

¨Es preciso llegarse a mis Llagas con corazones muy calientes, muy ardientes, y hacer con grande fervor las aspiraciones para obtener las gracias de retorno¨.
Pide ardor y confianza, y no inquietarse por las cosas de la Tierra, sin cansarse.


Jesús además de mostró cómo las Santas Llagas sostienen al mundo, porque vio 5 rayos luminosos que salieron de ellas y envolvieron el globo terráqueo.
Entonces la misión de María Marta resultó ser hacer entrar a los seres humanos en estas Llagas, orando mucho.
Ofréceme tus acciones y las de tus hermanas, unidas a mis Santas Llagas; nada puede hacerlas más meritorias ni más agradables a mis ojos¨.
Y en el proceso de entrenamiento le fue indicando cómo debería hacer, por ejemplo Respecto a los moribundos,
“Debes ofrecer los méritos de las Santas Llagas para las personas que mueren en la noche o durante el transcurso del día”.

También respecto a los pecadores,
“¡He aquí con que pagar, por todos los que tienen deudas! Porque ofreciendo a mi Padre el mérito de mis Santas Llagas, satisfacéis por los pecados de los hombres.”
Y además por las almas del purgatorio,
“Hija mía, mira mis Heridas, ofrécelas por las almas del Purgatorio.
Los sufrimientos de Mi Santa Pasión, he aquí el gran remedio para estas almas; pero sus méritos deben ser aplicados a ellos”.
Y además le hizo una serie de promesas respecto a las pobres almas del purgatorio,
“Cada vez que miréis al divino Crucificado con un corazón puro, obtendréis la libertad de cinco almas del purgatorio: una por cada fuente¨.
Y le sugirió que ofreciera sus sufrimientos en unión con los de Él por las almas del purgatorio.
Cuándo lo hacía, María Marta veía subir un alma al cielo.
Pero el Padre Eterno le dio un poder a un mucho mayor con las almas del purgatorio, diciéndole que le darían mismo poder que a su Hijo.
Entonces cada vez que hacía un acto de ofrecimiento por las almas del purgatorio veía una bandada de almas que salían de él como si fueran pájaros.

Estas almas liberadas del purgatorio a veces la visitaban para agradecerle.
Todas estas instrucciones a María Marta las realizó Jesús mostrándole una vez una llaga y otra vez otra, paseándola por todas ellas.


EL ROL ESPECIAL DE LAS LLAGAS DE LA CORONA DE ESPINAS


Jesús además le pide un culto especial de reparación y amor a las llagas producidas por la corona de espinas,
“Yo doy mi Corona de Espinas a mis privilegiados.
Ella es el bien propio de mis esposas y de las almas favorecidas.
Ella es la alegría de los Bienaventurados; pero para mis muy amados en la tierra es un sufrimiento.”
Y mientras decía eso surgía de cada una de las espinas un intenso rayo de gloria.
Para esta veneración Jesús le hizo varias promesas a María Marta, las que luego fueron ordenadas y aumentadas para cuando se rece el Rosario de las Santas Llagas,
“¡Las almas que hayan contemplado y honrado mi Corona de Espinas en la Tierra, serán mi corona de gloria en los cielos!¨
“Por un instante que contempléis esta Corona aquí abajo, os daré una para la Eternidad… la Corona de Espinas es la que os valdrá la de la gloria.”
Y le da a María Marta un camino a recorrer,
¨Mira… arranca las espinas de mi Cabeza, ofreciendo a mi Padre por los pecadores el mérito de mis Llagas… Ve en busca de almas.”
Y también le da instrucciones sobre cómo ella debe proceder,
“He aquí tu instrucción: el sufrimiento para ti; las gracias que tú debes tomar, para los demás.
Una sola alma que hace sus acciones en unión con los méritos de mi santa Corona, gana más que la Comunidad entera.”
Jesús quiere inflamar los corazones para que acepten los sacrificios.
Al punto que asocia los triunfos a los sufrimientos.
Una vez Nuestro Señor le mostró el tribunal del juicio a las almas que estaba iluminado con la corona de espinas.
Las almas que habían permanecido fieles eran recibidas en abrazos e iluminadas por la santa Corona, pero las que lo habían despreciado se precipitaban al abismo eterno.

Esto produjo una honda impresión en la hermana María Marta

DEVOCIÓN A LAS SANTAS LLAGAS

En definitiva la misión de María Marta Chambón fue desarrollar la devoción a las Santas llagas, particularmente a través del Rosario por las Santas Llagas.

Es así como Jesús le va haciendo una serie de promesas a quiénes sean devotos de sus Santas Llagas, las que luego han aparecido en los textos del Rosario a las Santas Llagas.

Entre ellas,
“Otorgaré todo lo que se me pida a través de la devoción a las Santas heridas. Los que las honran tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo”.
“No habrá muerte para el alma que expira en Mis heridas, dan vida verdadera”.
“Yo concederé todo lo que se me pida por la invocación a las Santas Llagas. Es necesario difundir esta devoción¨.
“Todo lo obtendréis, porque es el mérito de mi Sangre, que es de un precio infinito¨.
Y además le señaló los frutos de santificación de las llagas,
¨Siempre podéis purificaros en mis Llagas¨.
“Mis Llagas repararán las vuestras…¨
“Mis Llagas cubrirán vuestras faltas…¨

“Los que las honraren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo¨
“Meditando sobre ellas, encontraréis siempre un nuevo alimento de amor”.
Y le enseñó dos jaculatorias.

Una para repetirse cerca de los enfermos,
“Mi Jesús, perdón y misericordia por los méritos de Tus Santas heridas”.

Y otra destinada a la conversión de los pecadores,
“Padre Eterno, te ofrezco las llagas de Nuestro Señor, Jesucristo, para sanar las heridas de nuestras almas”.
Sobre los pecadores además le enseñó dos cosas, la primera es que los pecadores que repitan esa oración se convertirán.

Y la segunda es ésta,
“Ofreciéndolas por la conversión de los pecadores, aunque los pecadores no se conviertan, tendréis delante de Dios el mismo mérito que si se hubiesen convertido.”
Le mostró además el poder balsámico de las Santas Llagas ante los sufrimientos,
Cuando tengáis alguna pena, alguna cosa que sufrir, es necesario llevarlo pronto a mis Llagas, y la pena se suavizará¨.
Todo esto culmina con el rosario de la santas llagas 

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Fuentes: 
https://forosdelavirgen.org 
https://aparicionesdejesusymaria.blog