Nos dice un, sacerdote
:
“El demonio ataca a los cristianos y sobre todo a
los apóstoles.
O sea que vamos a tener que creer en el demonio y en su acción.
Ciertamente. Al menos, si quiere usted ser
cristiano, ha de creerlo. Es enseñanza de Cristo y de su Iglesia.
Los libros de espiritualidad cristiana que ignoran
al demonio son un fraude. La vida espiritual del cristiano lleva consigo una
lucha permanente contra el demonio. Ya sabemos que la vida cristiana es ante
todo y principalmente amor a Dios y al prójimo; ésta es su substancia. Pero no puede ir adelante
esa vida sin vencer a
los tres enemigos, demonio, mundo y carne, y especialmente al demonio. La ascesis cristiana
no es como una ascesis estoica, por ejemplo, es decir, una lucha de la persona
contra sus propias debilidades y desviaciones, no.
San Pablo lo dice bien claramente: «no es nuestra lucha
contra la carne y la sangre, sino contra los espíritus del mal» (Ef 6,12).
(forosdelavirgen.org)
Uno de los problemas principales de estos tiempos
es que hemos perdido la noción que buena parte de lo que nos sucede, en
realidad la mayoría, tiene como motor un mundo sobrenatural que no vemos, pero
está ahí enviándonos mociones positivas y negativas.
Esto nos dificulta
comprender cuando es que estamos bajo ataque espiritual. Y es más, los ataques
espirituales se están volviendo tan frecuentes para la gente de fe en estos
tiempos, que resultan casi en un estado permanente.
Más de la mitad de
la batalla se gana con la identificación de que algo que nos pasa es
consecuencia de un ataque del mundo sobrenatural que no vemos, o sea del
maligno.
Es por eso que
somos más propensos a sentir los efectos negativos y destructores de los
ataques cuando bajamos la guardia. En cambio logramos sentir nuestra fortaleza
cuando caemos en la cuenta que algo que nos pasa es fruto de un ataque
espiritual.
TODOS ESTAMOS BAJOS ATAQUE ESPIRITUAL
Todas las personas enfrentan luchas espirituales en
su intento de avanzar en las cosas de Dios. Uno de los trucos principales
del enemigo es conseguir que la persona engañada no se dé cuenta de la
profundidad de lo que está sucediendo en su vida.
A menudo la gente asume que la lucha que se
enfrentan es sólo una batalla física, que hay un problema personal con su vida,
pero bajo la superficie hay algo mucho más complejo que está teniendo
lugar. Las personas están bajo un ataque espiritual.
¿Qué es un ataque
espiritual? Un ataque espiritual es una serie de eventos coordinados por
el mundo demoníaco con el fin de hacer abortar las promesas, de hacer naufragar
la fe, de oprimir a un creyente y sacarle fuera del trayecto y que no llegue a
destino.
San Pablo nos recuerda: “que satanás no saque ventaja de
nosotros, ya que conocemos bien sus intenciones” (2 Corintios 2:11).
La Biblia nos dice que el diablo tiene varias
estratagemas que utiliza contra los seres humanos. Muchas personas asumen
erróneamente que satanás es estúpido, pero él ha estado estudiando los
pensamientos, las acciones y el comportamiento de la humanidad desde el
principio de los tiempos. Él sabe cómo tentar a la
gente.
Sus secuaces son maestros en apretar los botones
adecuados en el momento adecuado. No debemos ignorar las estrategias del
enemigo. No podemos vivir nuestras vidas con nuestros ojos espirituales
cerrados. Debemos andar en el Espíritu y ser conscientes de lo
que está sucediendo a nuestro alrededor.
PRE-REQUISITOS BÁSICOS
Antes de mencionar los síntomas del ataque
espiritual, debemos considerar algunos requisitos que están a
la base de cualquier acción de escaneo, prevención e inteligencia.
El primer requisito
es dar con el énfasis justo, ni caer en el sobre-énfasis ni en el
infra-énfasis.
Algunos culpan cada pecado, cada conflicto, y cada
problema a los
demonios que necesitan ser echado fuera.
Otros ignoran completamente el reino espiritual y el hecho de que la Biblia nos dice que
nuestra lucha es contra poderes espirituales.
La clave para el éxito de la guerra espiritual es encontrar el equilibrio bíblico. A veces Jesús
echó demonios de la gente, otras veces sanó a la gente sin hacerlo.
El otro punto trascendente es ponerse la armadura
de Dios en forma permanente, no
tenerla como un accesorio que te la puedes sacar y poner, sino tenerla
incorporada en toda tu vida y a cada momento, para estar firme contra las
asechanzas del diablo.
¿Y en que consiste
esta armadura? En términos abstractos en el cinturón de la verdad, la coraza de
justicia, el evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación,
la espada del Espíritu.
Y en términos
devocionales: orar al Espíritu Santo y a la Santísima Virgen María, acceder a
la eucaristía, a la adoración al santísimo sacramento, el ayuno, la limosna, y
las obras de misericordia.
10 SÍNTOMAS DE QUE ESTÁS BAJO ATAQUE ESPIRITUAL
¿Cómo se puede identificar un ataque
espiritual? Aquí hay diez síntomas de un ataque:
1 – Falta de pasión
espiritual
El enemigo trata de robar tu tenacidad para las
cosas de Dios. De
repente, tu vida de oración parece estancada. Tu compromiso puesto a
prueba y parece que no puedes ir para delante y ni tan siquiera mantener lo que
has conseguido. Te sientes como si sólo estuvieras haciendo movimientos
mecánicos.
2 – Frustración
extrema
Durante un ataque espiritual el enemigo usa una
variedad de circunstancias para oprimir a la mente y traer una gran
frustración. Una persona que está en estado de sitio se percibe a sí
mismos en el borde del precipicio y ansioso. Insatisfecho con lo que
tiene aunque haya logra las metas que se ha propuesto, y con el
rumbo que está recorriendo. Tiene más que ver con la
sensación que con una realidad objetiva frustrante en tu vida.
3 – La confusión
acerca de tu propósito
Durante un ataque espiritual a menudo hay una gran
confusión acerca de la dirección espiritual. Este es uno de los
principales objetivos de un ataque, conseguir que un creyente de se aparte de
destino. Las malas mociones comienzan trayendo confusión.
4 – Falta de paz
El enemigo te bombardea la mente con pensamientos dispersivos y tentaciones permanentes con
el fin de robarte la paz. La mente se irrita y te sientes
agotado. El enemigo hace todo lo que puede para llevarte a la
fatiga mental.
5 – Te
sientes inusualmente débil y cansado
La falta de energía y vitalidad son
a menudo el resultado de un ataque prolongado. Ciertamente, estos
problemas pueden ocurrir por vivir de otra forma los problemas naturales, falta
de sueño, batallas sobre tu salud. En este caso, sin embargo, la causa
raíz es el efecto de las batallas espirituales prolongadas.
6 – Percibes
una falta de ataques
Otra señal de que estás bajo ataque es que se trata
de un ataque tan masivo que pareciera que no hay ningún ataque sino
que sencillamente tú has cambiado. Hay momentos en que parece
que todos los recursos se secan al mismo tiempo. Los ataques
del enemigo son para que pongas tus ojos fuera de Dios y los pongas en el
dinero y otros placeres.
Si él puede conseguir que te preocupes en lugar de
que le adores, comenzarás a tomar decisiones basadas en la oportunidad en lugar
de la unción. Recuerda siempre que hay dos veces en tu vida cuando eres
especialmente vulnerable a la tentación: cuando no tienes nada, y cuando tienes
todo. Mantente cerca de Dios, tanto en los tiempos buenos como en
los malos momentos.
7 – Fuerte impulso
para salir de tu propósito
Cada creyente nace con un propósito único. Y así como Dios creó con un propósito a cada
creyente, Él también le dio regalos y gracias únicos, para cumplir con ese
plan. Cuando una persona está viviendo en forma fuerte el llamado, va a
prosperar en diversas áreas: recibirá la bendición de recursos en el área en
que Dios lo ha llamado. Él se sentirá la mayor cantidad de tiempo
satisfecho y realizado de vivir su destino.
Pero el enemigo también tiene un plan para cada
persona y odia cuando un creyente audazmente saliendo de su propósito y
plan. Él hace todo lo que podamos para que el cristiano se aleje de su
destino. Durante un ataque te abrumará con pensamientos y deseos de
renunciar y abandonar su puesto. Esta es uno de los mayores
propósitos detrás de los ataques espirituales.
8 – Te retrotraes a
viejas ataduras
En una larga batalla espiritual, como son casi
todas, la persona es empujada a menudo hacia ciclos negativos de los que
ya se liberó. El enemigo quiere esclavizarte una vez más en las
mismas ataduras viejas.
Él puede desanimarte en tus esfuerzos
convenciéndote que tus pecados no son suficientemente malos, para liberarte de
pensar que cometes pecados, y así puedes perder la noción de lo
malo y lo bueno, lo que agrada a Dios o no, y sobre la condenación,
lo que te lleva de nuevo en un espiral hacia una derrota más profunda.
9 – Te apartas
de las relaciones sanas
Cuando las iniquidades antiguas comienzan
tentándote, el siguiente signo del ataque espiritual seguramente será alejarte de las relaciones santas. Mira a tu alrededor.
¿Has salido de tener relaciones con la gente que te
provee de mociones sanas y santas? ¿Tus amigos de ahora se ocupan más de la
carne que del Espíritu? Si es así, estás tropezando en el campo de
batalla y el enemigo te tiene a merced.
10 – Cuestionaa la
dirección y el llamado que has sentido claramente
A medida que el enemigo ataca la vida de un
creyente, comienza a darle razones para renunciar a la misma cosa que Dios
le llama. Esta es una de sus herramientas principales. Él
desata la confusión, la vergüenza, la intimidación y una variedad de esquemas
viles para crear una nube de incertidumbre. Una vez más, su objetivo final
es conseguir que un creyente salga fuera del sendero de su destino; de modo que
una persona que está bajo ataque puede encontrarse profundamente cuestionando
el camino por el que está viajando.
Por lo general, comienza a reexaminar las
decisiones que antes eran muy claras. Muchas veces una persona
en medio de un ataque cuestionará palabras proféticas, avances espirituales y
experiencias significativas que tuvo. Este es un paso que te mueve hacia
atrás en el Espíritu.
4 CLAVES PARA LA LIBERARTE
La primera cosa es
tomar conciencia de que estas bajo ataque.
Una vez que
reconoces el ataque comenzarás a levantarte en la fe y la autoridad que Jesús
te ha dado. Reprende al atacante aunque no lo veas, pero
está ahí, y rompe su poder sobre tu vida.
Recuerda que Jesús nos dio poder y autoridad para expulsar a los demonios y para sanar enfermedades
(Lucas 9: 1).
Aquí hay cuatro claves para tu
liberación:
A – Rompe este
proceso con tu fe
“Sin la fe es imposible agradar a Dios, porque
aquel que se acerca a Dios debe creer que él existe y es el justo remunerador
de los que lo buscan” (Hebreos
11: 6).
B – Rómpelo con la
oración
“Eleven constantemente toda clase de oraciones y
súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a
interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre
palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio” (Efesios 6: 18-19.).
C – Rómpelo con tu
resistencia
“Sométanse a Dios; resistan al demonio, y él se
alejará de ustedes” (Santiago
4: 7).
D – Rompe el ataque
con los 5 “no hagas”
Una vez que hayas tomado una posición contra el
ataque del enemigo, aquí están cinco cosas que NO debes hacer
y que debe recordar.
-No olvides quien lo hizo. Dios te creó con tormentas en la mente. Él te ha equipado y podrás vencer a través de Él.
-No abandones la hora y el lugar de la
oración. Hay dos cosas que son vitales para una vida
de oración exitosa: un tiempo de oración y un lugar de oración.
-No abandones los lugares de poder. Tu iglesia, tu familia y tus obras son
lugares de poder.
-No abandones el poder de la asociación. Es bueno estar cerca de personas que han
vivido más tiempo, que han hecho más y pueden darte un consejo sabio, y de los
amigos fieles y sencillos.
-No te desconectes de la protección
pastoral. Muchas veces hay gente bajo ataque que se niegan a
ser ayudados; la confesión, la dirección espiritual y el
frecuentar amigos de fe son el antídoto. Y también lo es la
eucaristía y todos los demás sacramentos.
SIEMPRE ALERTA
Al enemigo le gusta
permanecer oculto. Él engaña y trata de volar bajo el radar, pero el Señor
está brillando con Su potente luz sobre los ataques.
Sobre cada cosa que
te suceda que cuestione tu camino adquiere al acto de reflejo de preguntarte si
no será una moción del enemigo y un ataque espiritual.
No esperes hasta
que el enemigo te esté rompiendo en pedazos para buscar la ayuda de aquellos
que tienen un papel sano y pastoral en su vida.
Siempre
los ojos espirituales se pueden abrir y la libertad surgir. Ejercita
tu autoridad y quiebra el ataque hoy.