Santo Tomás
Apóstol
Patrono de los
Ciegos, los Jueces y los Teólogos
Santo
Tomás Apóstol era judío, pescador de oficio. Tuvo la bendición de seguir a
Cristo, quien lo hizo apóstol el año 31.
Tomás,
llamado Dídimo (el Mellizo), forma parte del pequeño grupo de discípulos
elegidos por Jesús en los primeros días de su vida pública, para que fueran sus
apóstoles. Es «uno de los Doce», como precisa San Juan.
Gracias
al cuarto Evangelio, su personalidad está más clara para nosotros que la de
algunos otros de los Doce.
Su
nombre aparece en todas las listas de los Sinópticos (Mateo 10:3; Marcos 3:18;
Lucas 6, cf. Hechos 1:13), pero en San Juan desempeña un papel característico.
Tomás,
llamado Dídimo (el Mellizo), forma parte del pequeño grupo de discípulos
elegidos por Jesús en los primeros días de su vida pública, para que fueran sus
apóstoles. Es «uno de los Doce», como precisa San Juan. El propio Juan nos
relata diversas intervenciones de Tomás, que nos revelan su carácter. Cuando
Jesús se preparar para partir hacia Betania en el momento de la muerte de
Lázaro, corre peligro y los discípulos le recuerdan: «Maestro, hace poco intentaban
apedrearte los judíos» (Jn 11, 8). Tomás dice a los demás discípulos: «Vamos
también nosotros y muramos con él» (Jn 11, 16). En esta palabra se prefigura el
martirio futuro de quien, desde el principio, ha entregado su vida a Jesús.
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Icono de Santo Tomás |
Cuando
en la Última Cena Jesús anuncia su partida, es Tomás, sin duda con un nudo en
la garganta, el que pregunta: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos
saber el camino?» (Jn 14, 5). Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad
y la vida» (Jn 14, 6). Pero Tomás debe su celebridad a sus preguntas y sus
dudas. Cuando vuelve, no se sabe de dónde, y los discípulos le dicen: «Hemos
visto al Señor» (Jn 20, 25), él dice: «Si no veo en sus manos la señal de los
clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su
costado, no lo creo» (Jn 20, 25). Para la posteridad, recibió el calificativo
de Incrédulo.
Es
gracias a esta incredulidad, a este espíritu científico -podríamos decir, que
cree sólo en lo que ha verificado, que tenemos la certeza que nos habita. A
menudo olvidamos que Tomás es, sobre todo, el primero que ante el misterio de
las llagas de Cristo resucitado dio a Jesús su título verdadero. Para confesar
su fe en Jesús, dijo:
«¡Señor mío y Dios mío!»
(Jn 20, 28).
El
Martirologio Romano, afirma que Santo Tomás predicó el Evangelio a los partos,
medos, persas e hircanios, y que después pasó a la India y fue martirizado en
"Calamina".
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Santo Tomás con el instrumento de su martirio |
Se
conmemora el 3 de julio la traslación de las reliquias de Santo Tomás a Edesa.
En el Malabar y en todas las iglesias sirias dicha fecha es la de la fiesta
principal, pues el martirio tuvo lugar el 3 de julio del año 72.